El uno a uno de Chile. La Roja cayó 2-1 ante Honduras en el segundo y último amistoso de su gira de preparación con miras a las Eliminatorias, que se inician el próximo año.  Así jugó cada uno de los nacionales ante el conjunto catracho.

C. Bravo: Poco exigido. Respondió sin complicaciones cuando le tocó intervenir. Cortó certeramente un par de centros y no titubeó cuando debió interactuar con los pies. Faena tranquila para el meta. No pudo hacer mucho más en los dos goles hondureños.

Ó. Opazo: El más bajo del fondo nacional. Tuvo problemas en el uno contra uno y no fue agente ofensivo confiable por su zona. Le costó cubrir los espacios en el retroceso.

P. Díaz: Partido especial para el zaguero, pues portó la jineta de capitán. Lideró con solidez el bloque posterior. Estuvo, tal como contra Argentina, impecable en todas las facetas del juego. Patrón y líder del recambio. Solo titubeó en la marca en el segundo gol catracho, tras una jugada que pilló a todos mal parados.

S. Vegas: Gran complemento para Díaz. Rápido en los cruces, acertado en la entrega. No se complicó innecesariamente. Aprobó con creces y se validó como opción.

A. Parot: Estuvo rápido, ágil y atinado casi todo el partido. Marcó la apertura de la cuenta después de un tiro de esquina. Se proyectó con habilidad y cerró con oficio los espacios en el fondo. Perdió de manera infantil la marca en el segundo gol hondureño.

C. Baeza: Administrador criterioso del fútbol chileno. Sacó al equipo del fondo con personalidad, se asoció y se proyectó con frecuencia e intensidad. Se complementó bien con Aránguiz para menejar la tenencia en el medio. Bajó su nivel el segundo tiempo, como casi todos los chilenos.

C. Aránguiz: Líder futbolístico del equipo. Dejó atrás su mal partido contra Argentina siendo el más regular ante Honduras. Manejó los tiempos y equilibró el mediocampo. Impuso su presencia y copó muchas zonas de la cancha con su enorme despliegue.

C. Pinares: De menos a más. Le costó encontrar su lugar en la cancha. Tuvo pocas libertades para salir de la banda. Subió su nivel cuando encontró asociaciones en el medio.

J. Meneses: Le costó mucho encontrar su lugar en la cancha. En su debut con la Selección mayor, mezcló buenas y malas. Exhibió su buena técnica, pero tomó malas decisiones. Muy desconectado del circuito ofensivo.

E. Vargas: Jugó más retrasado que otras veces con la Roja y cumplió. Comandó la ofensiva chilena con criterio. Sufrió el rigor de la zaga hondureña.

D. Rubio: Sufrió el mismo problema que todos los centrodelanteros de Rueda, el aislamiento. Tuvo poco contacto con el balón y su falta de movilidad tampoco ayudó. Se asoció un par de veces, pero terminó siendo intrascendente.

I. Jeraldino: Poca interacción con el balón. No tuvo opciones de gol. Nunca pudo entrar en el ritmo del encuentro.

Ch. Bravo: Entró con muchas ganas. Tuvo diez minutos para exhibir su motivación y los aprovechó. Hizo el recorrido de punta a punta en la banda derecha.

D. Valdés: Ingresó sobre el final y copó bien los espacios. Desperdició una buena ocasión cerca del final, desviando un cabezazo.

J. Bizama: Suplió a Opazo y se paró bien. Su ingreso coincidió con el retroceso de Chile, por lo que su labor se centró en cerrar los espacios en el fondo.