Gabriel Arias: Recibió un gol en el primer remate a portería de Estados Unidos, pero teniendo en cuenta la parsimonia defensiva de su zaga y la gran definición de Pulisic, poco puede reprochársele. Poco trabajo para el arquero de Racing.
Gary Medel: El capitán de la Roja actuó como central por la derecha y cumplió, como casi siempre, el expediente. Aguerrido y solvente aunque falto, quizás, de un punto de potencia.
Gonzalo Jara: Mucho mejor con la pelota que sin ella. Jugó de líbero y mostró claridad y precisión en la salida del balón, pero quedó retratado en más de una ocasión por la velocidad de los atacantes estadounidenses. Con todo, su encuentro fue una de las grandes noticias de Chile en su gira americana.
Guillermo Maripán: Visiblemente incómodo actuando recostado sobre una banda, el espigado zaguero central sufrió más de la cuenta a la hora de mantener la línea y estuvo demasiado lento, en ocasiones, en el retroceso. Se retiró renqueante a los 69 y fue sustituido por Vegas.
Mauricio Isla: Con el sistema planteado por Rueda gozó de mayor libertad para proyectarse en ofensiva y lo hizo. Se le puede reprochar que no tomó las mejores decisiones en las inmediaciones del área de Horvath y que se quedó enganchado en la acción del 1-0.
Esteban Pavez: Al centrocampista más retrasado de la poblada línea de volantes planteada por Rueda le faltaron galones y confianza para imponerse en su zona. Nunca llegó a sentirse cómodo con la pelota en los pies. Llegó muy tarde a un balón dividido (25') ganándose una tarjeta que terminó viendo Aránguiz.
Charles Aránguiz: Menos participativo que en el duelo frente a México. Chile le echó mucho de menos cuando comenzó a empacharse de pelota y a quedarse sin ideas en el último pase.
Óscar Opazo: Actuó a perfil cambiado, se prodigó constantemente en ataque y en su primera aparición en el área rival restableció la igualdad con un fantástico zurdazo. Su gol, por si fuera poco, resucitó a Chile. Buen partido del lateral albo.
Arturo Vidal: Es el alma de Chile, un ejemplo permanente de trabajo y coraje. Fue el primero en ponerse en overol cuando la Selección recibió el 1-0. Y sus compañeros se levantaron. Buscó sin éxito el gol, apareciendo por todos los sectores de la cancha, y volviendo a demostrar que no tiene reemplazante.
Diego Valdés: Mejor en la construcción del juego ofensivo que en la definición. Participativo y solidario, se le apagaron las luces en más de una ocasión cuando más franco parecía el remate. Fue sustituido en el minuto 69.
Nicolás Castillo: La Roja se recuperó en Houston gracias a un gran ejercicio de presión en campo contrario iniciado por el renquino. Le tocó hacer el trabajo sucio y se vació corriendo. Su primer remate al arco llegó a los 39', y aunque no logró ver portería, destacó por su brega encomiable. Fue reemplazado en los últimos minutos por Rubio.
Sebastián Vegas: Ingresó a falta de 20 minutos por las molestias de Maripán y cumplió con el trámite. No tiene el empaque ni la jerarquía del central del Alavés, pero tampoco desentonó. Vio una cartulina amarilla cuando agonizaba el encuentro.
Erick Pulgar: El sustituto de Valdés en Houston no gozó de demasiados minutos, pero tampoco pareció saber muy bien cómo aprovecharlos. Desorientado, aportó menos al juego del equipo que el futbolista del Santos Laguna.
Diego Rubio: Apenas cuatro minutos le entregó Rueda para tratar de buscar el tanto del empate. Ingresó en lugar de un desfondado Castillo y no tuvo tiempo para cambiar el sino del partido.
Jimmy Martínez: Su entrada a los 89 minutos en reemplazo de Aránguiz sirvió apenas para las estadísticas. El encuentro estaba condenado ya a terminar en empate.