Chile por tercera vez consiguió la sede de los Juegos Panamericanos. Sin embargo, la de Santiago 2023 será la primera en que logre concretarlos. Razones políticas y económicas habían impedido la realización de las ediciones anteriores, lo que le terminó ensuciando la imagen deportiva del país.
En 1969, la capital se adjudicó la organización. Entre sus promesas se encontraba una villa panamericana en la Remodelación San Luis, en Las Condes, y un sistema de financiamiento a través de la Polla Chilena de Beneficencia, además de mejoras de infraestructura, como la finalización de las obras del estadio techado del Parque O'Higgins. Sin embargo, el golpe de estado de 1973 cambió los planes. El 24 de septiembre de ese año, la Junta Militar decidió suspender la realización del evento y presentó una propuesta para organizar la cita en 1977. La Odepa exigió garantías, pero el régimen de Augusto Pinochet se negó a comprometerse, por lo que la sede le fue retirada.
El 12 de julio de 1981, la Asamblea de la Odepa volvió a confiar en Santiago para albergar los Juegos de 1987. Sin embargo, la severa crisis económica que estalló en 1982 y las crecientes protestas contra Pinochet hicieron que el régimen tomara la decisión de renunciar nuevamente a la organización del certamen.
Luego de oscuros años para el deporte chileno, en octubre de 2013, Chile volvió a la carga para llevar a cabo la cita de 2019. Compitió con Lima, Ciudad Bolívar (Venezuela) y La Punta (Argentina). Pese al triunfalismo nacional, esta vez la derrota fue rotunda. La capital peruana se impuso por 31 votos contra 9 de Santiago y de la ciudad transandina.