Quedaban dos minutos para que terminara el partido y José María Giménez no aguantó más. La eliminación estaba sentenciada y el defensor del Atlético de Madrid no resistió la decepción ni la pena: rompió en llanto en pleno campo de juego.
A esas alturas, Raphael Varane y Antoine Griezmann habían puesto en ventaja a los galos y, por más que la Celeste intentó, no encontró la fórmula para vencer al arquero Hugo Lloris. Por esa razón, el zaguero central, de 23 años, no logró controlarse.
Giménez conformó, junto con Diego Godín, una de las parejas de centrales más sólidas del Mundial. Sin embargo, hoy no les alcanzó para controlar a la poderosa ofensiva francesa.