Utilero de la Roja sancionado por el Maracanazo: "El Cóndor nunca se ha abierto a pedirme disculpas"
Nelson Maldonado (83 años), uno de los castigados por la FIFA tras el fraude más oscuro que el deporte chileno, se abre con La Tercera para reconstruir el episodio que marcó su vida.
Nelson Maldonado (83 años) es una enciclopedia viva. En su hogar cuelgan fotos y banderas que ha recopilado durante todos los años que ha dedicado al fútbol y de su boca no dejan de salir anécdotas del balompié de antaño, que él vivió en carne propia, siendo uno de los utileros más icónicos de los 80. Trofeos, medallas, y hasta el botín de oro que Humberto Suazo recibió al transformarse en goleador del campeonato de apertura de 2006 (19 goles), decoran su jardín, frecuentado esporádicamente por figuras de la talla de Iván Zamorano o Fernando Astengo.
Pero de un episodio que marcó su vida no hay indicios. No, al menos, a primera vista. El utilero sancionado por un año por la FIFA tras el Maracanazo sabe que todos quieren conocer los detalles que él y la cofradía del 89 guardan tras el fraude más oscuro que el deporte chileno recuerde.
¿Qué siente a 30 años del Bengalazo?
Siento muchas cosas. Pienso que pude haber tenido un mejor pasar ayudando a la Selección de mi país y no pude seguir haciéndolo por algo en que no tuve nada que ver.
¿Conversó alguna vez con Roberto Rojas el por qué lo acusó?
Nos hemos encontrado varias veces, pero nunca hemos tocado este tema. Es como quien ni él ni yo quisiéramos caer en palabras, porque él tampoco se ha abierto a pedirme disculpas. Yo no tenía nada que ver con esto, pero como el hilo se corta por lo más delgado, me tocó no más. Estoy seguro de que todos esos jueces que nos castigaron sabían que no tenía nada que ver, pero había que cagarse a alguien y fui yo.
¿Usted realmente no tuvo nada que ver?
Nada. Con decirte que ni siquiera vi el partido, porque estuve en el camarín todo el tiempo, pero había que involucrarme de alguna forma. Me culparon de que se perdió un polerón de Roberto y también los guantes, pero ese polerón él [Rojas] se lo regaló a Hisis y Vera para el arquero del Creta, y los guantes él los fue a buscar a los ocho días de que esto pasó. Yo no siquiera vi esos guantes, ahí quedaron hasta que vino él a buscarlos. El único acercamiento al tema fue que cuando se iba, me da un golpecito en la cabeza con los guantes y me dice: 'Negrito, con estos me hice famoso'.
¿Y no sospechó que algo extraño ocurría?
O sea, después de que ocurre todo esto, en el camarín, uno comienza a ver una sonrisita por aquí, unos guiños de ojos por allá... Tampoco es que uno sospechara, pero sí me di cuenta de que algo pasaba.
¿Y en algún momento Rojas le confesó la farsa?
Días después lo acompañé al Sifup, porque nos seguimos juntando después de esto. Íbamos caminando por el Paseo Ahumada y la gente lo paraba para preguntarle cosas, algunos a favor y otros en contra. Le dije: linda cagada que te mandaste. Debo haber sido el único que se lo dijo en la cara. Él me reconoció: 'Está bien po, yo quería que fuéramos a Europa, que ganáramos plata'. Ahí me quedó claro que él estaba consciente de todo y que era el culpable directo. Me quedé callado.
¿Ya sabe cómo ocurrieron las cosas?
Sí, lo supe casi al tiro. Atando cabos sueltos y conversando con la gente que estuvo involucrada uno llega solo a la conclusión por lógica.
¿Y por qué nunca lo ha contado?
¿Qué saco? Podría decirte eso y mucho más, pero no conseguiré nada. Le voy a embarrar la vida a gente que ya rehízo su vida, que se retiró del fútbol o que aún está viviendo de él. He pasado por grandes penurias, me han querido quitar mi casa dos veces, pero nunca he pensado en denunciar nada. No veo, no creo, ni mi corazón me dice que deba contarlo, porque sería ser malaleche.
Pero se debe conocer la verdad en algún momento ¿no cree?
La verdad ya la contó Roberto, se la contó a todo el mundo deportivo.
Pero a 30 años, aún no sabemos quiénes estuvieron detrás de esto.
¿Qué más quieren saber? No entiendo.
La verdad: quiénes orquestaron esta farsa, por qué lo hicieron, si había dinero de por medio…
Yo no le sirvo para eso. Me da bronca, sabe, estar ligado tantos años a esta historia y no poder ni siquiera comercializarla. Soy un tipo que vive el día a día, pero muy atado a mis principios. No me gustaría que un día ofendieran a mis hijos o a mi señora de que soy un sapo de mierda.
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