El coro era uno en en el bus. "Criminal-Cri-Criminal", canción de moda, que interpretan Ozuna con Natti Natasha, era el fondo musical que acompañó el trayecto del líder. Uno más prendido, el otro sin cantar sentía el ritmo. Uno la interpretaba como si fuera un festival, el otro sentado en el fondo movía los labios. Todo publicado por ellos mismos. Uno tiene 36 años, el otro 34. Son diferentes. Uno habla más y el otro lo evita. Son distintos. Uno con barba el otro, no. Uno con moño, el otro no. Son Jorge Valdivia y Jaime Valdés. O al revés. Los mejores jugadores del torneo.
No tienen necesidad. Podrían estar disfrutando sin obligaciones laborales. En vez de concentraciones tediosas, podrían ver el fútbol acostados. Son dueños de su vida y decidieron continuar. Hoy traspasan pasión. Podrían jugar cómodos y hacen lo contrario. No trabajan por cumplir. Hay compromiso. Vocación.
Valdivia juega libre. La mitad de la cancha es su zona. Siempre involucrado en la sector clave. Su pase es decisivo. Ante Everton, al minuto le regaló una habilitación a Rivero. No es nueve y medio. Es un 10 clásico, pero con un radio de movimiento sorprendente. Comienza detrás de los dos delanteros, pero se ensucia, no se inmoviliza. Anda con overol. Corre más que varios cuando se necesita, colabora en la marca del volante rival que tiene el balón o de su receptor. Se atreve a encarar, se siente potente. Está tan seguro que su discurso es de líder.
Jaime Valdés está a la derecha del volante central (Baeza). Goza de independencia. Mantiene su sitio pero se desplaza. Misiones le sobran: busca el balón en la zona de los centrales, cubre la espalda de Opazo, mantiene el equilibrio, ataca con balón dominado, habilita y remata de ambos costados.
Son criminales que se entienden perfecto. Se reparten el espacio. Uno más atrás que el otro, pero ambos con entusiasmo ofensivo. Cuando Valdivia retrocede, Valdés se adelanta. En un tiro de esquina en contra,Valdivia toma una marca y Valdés queda en la línea del área. En el ofensivo, Valdivia está dentro del área y Valdés afuera esperando el segundo balón. Ambos defienden detrás de la línea de la pelota.
Frente a Everton hay una acción que ejemplifica todo. 37'. Valdivia bajó a la zona del volante central e inmediatamente Valdés se cambió a la izquierda. Inteligente, sorprendió y confundió a su marca. Desde ese costado le convirtió el gol a Lobos. No son vagos, como pensaron. Varios creyeron que se desmoronaban en cinco fechas. Y quedando dos, son los mejores del torneo.