El Coliseo Antonio Azurmendy era una fiesta. Banderas, bombo, gritos. El cuadro local, Valdivia, a un triunfo de bajar su tercer título de la Liga Nacional de Básquetbol. En frente, un aislado Los Leones, que llegaba de Quilpué con el sueño de extender la serie y dejando atrás la polémica por la suspensión de su entrenador, Claudio Jorquera. Un ambiente atribulado en la previa, que en la cancha se transformó en un partido digno de recordar. ¿El resultado? 82-67 y el CDV, otra vez, es dueño de la corona del básquet chileno
El amor propio de los felinos surgió en el primer cuarto. En la banca, eso sí, les dirigía Fernando Cabrera, técnico uruguayo que fue inscrito como ayudante, ante la suspensión de Jorquera, pese a que el Tribunal había comentado que el castigo recaía en el cargo. Y así, con rabia acumulada, los de Quilpué salieron a robarse la victoria de visita. Por momentos brillaban y eso les permitió ponerse en ventaja tras el primer cuarto, donde se fueron arriba por 20-23.
Para el segundo cuarto el CDV salió más calmado. Claro, sabía que quedaban minutos y que, siguiendo la lógica de la serie, cualquiera podía estar arriba en el marcador. Así se hizo importante el aporte de todos sus jugadores. Claudio Cabrera, constante recambio, con dos tiros libres puso a Valdivia por primera vez en ventaja: 28-27. Importante, considerando que su máximo goleador, Khapri Alston, ya tenía tres faltas y, por lo mismo, solo sumó ocho minutos. Al descanso, 38-35 se imponía el local.
La rienda la llevó Valdivia en el tercer cuarto. Estuvieron hasta nueve puntos en ventaja, frente al cuadro de Quilpué que extrañaba el aporte de Scott Rodgers, pues los siete puntos que llevaba no hacían justicia con su aporte durante la Liga. En contra parte, el CDV bombardeaba de a tres. Alston se ponía al día en los puntos y aparecía Tracy Robinson, uno de los pilares en la campaña. De cara a los últimos diez minutos, el local, en ese momento, estaba bajando su tercera estrella: 59-51.
Y qué difícil se le hizo remontar a Los Leones. Intentaron, pero un prendido local no quería dejar escapar su victoria. Los de Córdoba cerraron bien el triunfo, nunca bajaron el ritmo e incluso aumentaron hasta 15 puntos su ventaja, a menos de dos minutos del final. Pero, por sobre todo, se llevaron el partido ¡Y la copa! Cerrando así un gran torneo ante un Coliseo lleno, que en cuatro horas se vendió por completo.
La catedral vio cómo el CDV otra vez se llenaba de gloria. Esta nueva LNB se suma a la Dimayor 2001 y a la Liga Nacional 2015-16. ¿Es Valdivia la capital del básquetbol chileno? Es posible. Por lo menos, de ahí es el campeón. Y la pasión demostrada, digna de imitar.
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Foto: César Arias /LNB Chile.[/caption]