Recién asimilando la hazaña, entre vuelos y escalas, Valentina González (20 años) toma un respiro. han pasado apenas 48 horas desde que se coronó campeona mundial sub 23 de salto, un hito con el que soñó toda su vida. "Ser campeona mundial se siente increíble", confiesa desde EE.UU., mientras espera por su vuelo a Atlanta.
El año pasado, tras finalizar su participación en los Juegos Suramericanos de Cochabamba, ya había anunciado que este era su máxima aspiración. Eso sí, aquella vez la puso en perspectiva, proyectándola para varios años más adelante. "En la semana vi la entrevista que me hicieron ustedes, no sé por qué. Incluso ayer (domingo) volvía a leerla y le mandé el mensaje a mi papá diciéndole que el sueño se había cumplido. Es un muy buen recuerdo esa entrevista", asegura.
En aquella ocasión, se proclamó campeona de salto y overall, y subcampeona de eslalon. Ahora, apenas un año después, consiguió abrochar su primer campeonato del mundo en una disciplina dominada por norteamericanas. "Este fue un proyecto muy largo. Desde que comencé, a los cuatro años, mi sueño siempre fue ser la mejor del mundo. Ahora, después de sacrificios de mi familia y míos, lo conseguí".
Su rendimiento en las aguas de Edmonton, Canadá, fue el mejor de principio a fin. En las clasificaciones se impuso con la marca más alta. Con esa seguridad, trató de no presionarse demasiado y, en la final, saltó sabiendo exactamente cuánto debía saltar para quedarse con el oro. Brincó 47,5 metros, muy por sobre la local Dominique Grondin Allard (plata, con 46,1) y la suiza Rea Jörger (bronce, con 46 metros); eso sí, no quiso mirar saltos ajenos, sino solo meditar para conseguir el salto dorado.
"Al principio estaba nerviosa, pero el día del salto todo eso se olvidó. Tenía la presión, porque había ganado en la clasificación, pero traté de no pensar en eso y enfocarme en mí", asegura.
Las claves del éxito han sido su tenacidad. Este año comenzará su tercer año de estudios en la Universidad Florida Southern, donde estudia Negocios Internacionales y Marketing. Gran parte de su oro mundial cae por cómo allí se ha fogueado.
En Orlando, considerado la capital mundial de la disciplina, cumple además el sueño de toda su vida. "Estoy en el equipo de mi U, que es buenísimo, donde somos cuartas de EE.UU. (...) Aquí me comparo con las mejores. Sé dónde estoy y eso me ayuda mucho. Además, compito todos los fines de semana, lo que me ha ayudado a nivelar para arriba", dice.
A Lima, entre las favoritas
Con la corona mundial sub 21 sobre la cabeza, llegará a los Panamericanos de Lima como una de las favoritas. Sabe que allá no será sencillo, pues se enfrentará a campeonas mundiales absolutas, pero, si todo sale como viene ensayando, el podio en el salto será una certeza. "Estoy muy ilusionada con la competencia que se viene en Lima. Ponerme la camiseta de Chile es siempre un orgullo. Primero, voy a hacer mis marcas y luego veré si puedo entrar en el podio".
Valentina cumplió lo que prometió y ahora va por más. En una durísima competencia, logró dejar en claro que en su categoría es la mejor. Hacerlo en Lima es ahora su nueva meta.