Colo Colo brillaba y superaba cómodamente a Huachipato, por 2-0, en la final de la Supercopa. Era un duelo tranquilo, al menos, en el terreno de juego. Sin embargo, el espectáculo fue empañado por incidentes provocados por la parcialidad alba.
Con goles de Carlos Palacios y Arturo Vidal, el Cacique se fue ventaja al descanso, pero en el entretiempo vinieron momentos críticos. Parte de la hinchada alba comenzó a realizar hechos delictuales en las tribunas. La seguridad privada contratada por la ANFP, por su parte, comenzó a retirar una serie de lienzos, lo que provocó que los enfrentamientos aumentaran aún más. Carabineros también intervino en la situación, incluso, tomando a algunas personas detenidas.
Además, la parcialidad alba vandalizó el memorial que se encuentra en el Estadio Nacional, que rescata la memoria histórica y las violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante el Golpe de Estado. Este terminó incendiado.
Por los altoparlantes del recinto de Ñuñoa comunicaron la determinación de paralizar momentáneamente el partido. Mientras continuaran los desmanes, el duelo no se iba a reanudar y así se le comunicó a los jugadores, que no retornaron al terreno de juego al pasar los 15 minutos correspondientes al entretiempo.
Minutos después saltaron al terreno de juego, aunque solo el plantel colocolino. Los jugadores, comandados por Arturo Vidal, se dirigieron a las tribunas para pedirle a su hinchada que no continuara con los incidentes. Incluso, tuvieron que ser reubicados los reporteros gráficos que se encontraban en la zona afectada.
Finalmente, al poco tiempo, la situación logró ser calmadas y, a pesar de que los fanáticos se encontraban sobre las rejas del lugar correspondiente para los fotógrafos, se dio inicio al segundo tiempo del partido. No obstante, a falta diez minutos para finalizar, volvió a ser paralizado. Esta vez, sería definitivo.
Los episodios de violencia continuaron y la hinchada alba hizo caso omiso a las indicaciones de abandonar la zona de la pista atlética donde se encontraban, apreciando el duelo desde dentro del terreno de juego. De hecho, poco a poco fueron acercándose más al terreno de juego. Fue, derechamente, una imagen insólita.
Vidal, fiel a su estilo, asumió un rol que no le correspondía. Fue el mediador entre el espectáculo y la barra, hablando cara a cara con los fanáticos, quienes le dieron la mano e incluso aprovechaban de tomarse selfies desde la reja que los separaba. Después, intentó dialogar con el árbitro para que no se suspendiera el cotejo, aunque no logró su cometido.
Afuera de la cancha, los incidentes no se detenían. Hubo fuego en las tribunas y enfrentamientos entre la Garra Blanca y las fuerzas policiales. Finalmente, el duelo fue paralizado oficialmente, empañando el retorno oficial del Rey y la final de la Supercopa. En ese sentido, este lunes el directorio de la ANFP determinará si se reanuda el duelo o no.