Lionel Messi suma un motivo para preocuparse. La mansión que posee en Ibiza, uno de los balnearios más exclusivos de España, fue atacada por un grupo de activistas, quienes produjeron daños de diversa consideración en la propiedad. Entre otros, dejaron visibles rayados.
El ataque fue reivindicado a través de las redes sociales por el grupo Futuro Vegetal, que desplegó consignas a modo de justificación por el vandálico acto.
Video y posteo
La organización publicó un polémico posteo en la red social X en la que se adjudica el acto. “Nos enseñan que los poderosos son intocables. Es cierto que las políticas se redactan e interpretan al servicio de quienes más tienen, atentando contra los derechos del resto de la población. Pero solo son el 1%”, escriben, en primera instancia.
Un segundo posteo da cuenta, concretamente, de la acción de protesta. “Hoy, tres activistas han decorado la mansión ilegal de Messi. ¿Qué podríamos hacer si nos organizamos el 99% restante”, añaden. En el mismo sentido, publican dos links que permiten afiliarse a la organización y apoyar sus propósitos
Inversión millonaria
Messi pagó unos 12 millones de dólares por la propiedad, ubicada en un área privilegiada del exclusivo balneario, una de las principales atracciones turísticas del país ibérico.
El problema es que las acciones de Futuro Vegetal lo han transformado en un sitio potencialmente peligroso. La temporada pasada ya hubo problemas. Miembros de la misma entidad rociaron con pintura negra las cerezas de la discoteca Pacha e irrumpieron en el ‘beach club’ de lujo Blue Marlin de Cala Jondal. Portaban pancartas de protesta con un lema que aludía a la lucha que pretenden dar. ‘Your luxury our climate crisis’ (tu lujo, nuestra crisis climática), sostenían los carteles.
También arrojó pintura a un jet privado, a un Lamborghini y al megayate Kaos, propiedad de Nancy Walton Laurie, la milmillonaria heredera de la compañía Walmart.
En el ataque a la propiedad de Messi dejaron potentes mensajes. “Ayudar al planeta, comerse a un rico y abolir a la Policía”, sostiene uno de ellos. Los ecologistas invocan un informe de Oxfam, del año pasado, en el que se estima que el 1% más rico de la población mundial emite la misma cantidad de carbono que los dos tercios más pobres de la humanidad. Y que el efecto lo padece el sector más desfavorecido.