Carlos Albornoz es el vicepresidente del Rodelindo Román. Es, también, el primo de Arturo Vidal y, por ende, uno de sus hombres de confianza en la administración del club de San Joaquín, que el año pasado consiguió el ascenso al profesionalismo, uno de los sueños del Rey. Esa cercanía lo lleva a reflejar la preocupación del volante del Inter de Milán por la decisión del Consejo de Presidentes de negarle al menos un ascenso directo a los clubes de la tercera categoría rentada del fútbol nacional a la Primera B. “Arturo no va a invertir si le niegan el ascenso al campeón de la Segunda División”, advierte el personero. Dice, también, que Vidal ve en la postura de los timoneles que votaron un riesgo para el otro deseo que le queda por cumplir: “Él sueña con jugar en Primera por el Rodelindo”.
Albornoz advierte de la inviabilidad que genera la medida. “No puedes obligar a los sostenedores de Segunda División a jugar un campeonato sin ascenso. No hay bolsillo que aguante, porque a estos equipos no llega nada de la ANFP. Tampoco hay ingresos por venta de entradas y el gasto en PCR COVID es alto”, dice, en relación a los costos y obligaciones que tendrían que asumir en un torneo virtualmente sin incentivos. En el caso del Rodelindo, la gran parte sale del bolsillo del seleccionado nacional.
El diagnóstico continúa. Albornoz repara en el perjuicio que la determinación que adoptaron los presidentes de las categorías superiores puede generarle al desarrollo del fútbol chileno. “El actual sistema de reparto de los ingresos por transmisión de partidos genera incentivos perversos. Los ingresos no dependen de esfuerzo deportivo sino del pertenecer o no a la categoría. Muchos clubes prefieren blindarse y no invertir porque el dinero del fútbol ya les llegó. Si esto no cambia, el espectáculo será cada día más pobre”, sostiene.
Y añade que los principales afectados serán los jugadores. “Lo más triste es que el costo del error lo pagan los futbolistas que menos ganan, los de Segunda División. Muchos de estos jóvenes vienen de regiones, tienen hijos y sin campeonato de Segunda quedarán todos cesantes”, insiste.
El aviso
Rodelindo Román está en espera de la resolución final para conformar el plantel. “No hemos contratado a nadie. Y hasta que no se aclare, no habrá contratos. Sin cupo para el ascenso, Rodelindo no va a entrar en el profesionalismo”, enfatiza Albornoz, quien cuenta que comenzaron a caerse los sponsors que se habían comprometido a apoyar al club. Al técnico Rodolfo Madrid ya le advirtieron de la situación y de la necesidad de que los entrenadores, tal como lo hicieron los jugadores al votar el paro, se organicen para constituir un frente común.
El directivo dice que ya se ha comunicado con otros clubes, como San Antonio Unido, en el que invierte Esteban Paredes, y la postura común es congelar la categoría. “Hay un acuerdo firmado entre los presidentes de la Segunda para no jugar por el medio cupo. Solo lo haremos si el campeón asciende. Estamos alineados”, revela.
“La solución que ofrecen ahora no es mejorar. Es rasca. Y la verdadera solución a los problemas que tiene el fútbol chileno es precisamente lo contrario, aumentar la competitividad”, concluye.