Víctor Dávila: "Mi sueño es marcar la vida de muchos jugadores con Dios"
El mediapunta se convirtió en el traspaso chileno más caro en la historia del balompié mexicano, luego de que Pachuca cancelara US$ 12 millones por su pase. Para él, un estudioso de la palabra, la fe es lo más importante.
Víctor Dávila (Iquique, 4 de noviembre de 1997) triunfa en México. En 2017 llegó a Necaxa, procedente de Huachipato, el club que lo formó. Con los Rayos tuvo buenas actuaciones, que lo pusieron en la órbita de otros clubes. Sin embargo, fue Pachuca el que se quedó con el mediapunta, a cambio de US$ 12 millones, una cifra que lo convirtió en el traspaso chileno más caro en la historia del fútbol azteca.
Sus presentaciones le valieron ser considerado por Reinaldo Rueda para la selección adulta, el año pasado. Actualmente está enfocado en la Sub 23, que disputará el Preolímpico en enero y febrero del próximo año. En esta entrevista con La Tercera, entrega detalles desconocidos de su vida dentro y fuera de la cancha.
¿Cómo han sido estas temporadas en México?
Muy buenas, he tratado de sacarle el mayor provecho a cada una de las que me ha tocado jugar. Si bien la temporada anterior tuve una lesión fuerte (fractura de peroné), aproveché de igual forma para analizar y trabajar en algunos aspectos que sentía que necesitaba.
¿Le toma el peso a ser el fichaje chileno más caro de la historia en México?
Sí, de igual forma me da una confianza al saber que las cosas se están haciendo bien. Es una responsabilidad y un reto en lo personal de que puedo mucho más.
¿Por qué cree que a los chilenos les va tan bien en México?
No lo sé. Porque realmente no a todos les va como esperan. Si bien a una mayoría le ha sido de mucho favor la liga, y me incluyo, creo que el factor no es la liga, sino el jugador y con qué intención viene a México.
¿Cómo es su relación con Martín Palermo?
Buena. Tenemos cercanía, pero creo que la correcta para llevar una buena relación entre jugador y entrenador.
¿Cuáles son sus referentes en el fútbol?
Matías Fernández. Tuve el agrado y la oportunidad de conocerlo. Un referente futbolístico, un líder y una persona extraordinaria.
¿Cómo se acerca a Dios y qué significa para usted en su vida?
Llego a Dios a través de mi compañero y hermano Felipe Gallegos, en mi llegada a Necaxa. Llevo un hábito diario de estudiar, orar y llevarlo a mi vida, de tal forma que pueda tener una comunión diaria con Dios, a través de las tres formas que expliqué y que explica Dios en su palabra. Es lo más importante en mi vida, seguido de la familia.
¿Se siente uno de los líderes de esta selección Sub 23?
Sí. Y no tan solo por ser de los mayores en edad, más bien porque siento la responsabilidad de dar el mejor ejemplo posible a mis compañero; dejar una huella positiva en cada uno de ellos.
¿Cómo ha sido esta preparación para el Preolímpico? Incluso le anotó a Brasil hace unos días.
Ha sido muy buena, he tenido la oportunidad de jugar este partido con Brasil, pero el equipo ya se viene preparando desde antes y se ve muy bien. Sí, gracias a Dios, pude convertir. Dios quiera vengan muchos más.
¿Cree que merece una nueva oportunidad en la selección adulta?
Sé como es el fútbol, y las nominaciones no las hacemos nosotros. Hay un entrenador y un cuerpo técnico que se encargan de saber cuándo y en qué momento dar esas oportunidades.
¿Cómo fue la experiencia en su primera nominación?
Fue una linda y gran experiencia, en la cual pude sacar provecho de convivir y entrenar con los mejores de Chile.
¿Ha podido conversar con Reinaldo Rueda?
Sí, tenemos buena relación con el profe Rueda y de vez en cuando me escribe o llama para conversar.
¿Hablan solo de fútbol o también sobre otros temas?
De todos los temas. No solo de los futbolísticos.
Aparte del fútbol, ¿tiene algún otro pasatiempo?
Estudio y le dedico tiempo a mi esposa e hija. Tratamos de disfrutar siempre juntos.
Cuando habla de estudiar, ¿se refiere a alguna carrera o a la palabra de Dios?
A estudiar la palabra. Leer, marcar, anotar. Un estudio como tal, pero de la palabra.
¿Qué echa de menos de Chile?
Mi familia y amistades más cercanas. Me tocó partir desde muy pequeño a Talcahuano, prácticamente pasé toda mi infancia allí. Tomé la decisión de buscar mi oportunidad en el fútbol y gracias a Dios quedé en Huachipato, donde comencé mis primeros pasos como cadete. Siete años estuve en el club hasta que me tocó partir a esta nueva aventura en México. Pero en ese entonces, ya acompañado de mi esposa. Y aquí estamos ahora, junto a nuestra más grande bendición, Khloe, y sin olvidar a nuestro cachorrito Mike.
Cuente un poco sobre sus inicios. ¿Qué sacrificios tuvo que hacer para dedicarse al fútbol?
No sé si sacrificio sea la palabra correcta. Sí tuve que dejar a mi familia desde muy pequeño. Pero era parte de lo que debía hacer y también lo que me apasionaba. Entonces, para mí no era un sacrificio. Sacrificio hacen las personas que se tienen que levantar a las 6 de la mañana, por obligación, a hacer algo que no les gusta porque no tienen otra opción.
¿Cuál es su máximo sueño en el fútbol?
Marcar la vida de muchos jugadores de fútbol con Dios. Y sé que Dios hará el resto. Mateo 6:33.
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