Victoriano Cerda golpea la mesa: “No soy dueño ni tengo participación en Azul Azul ni en Sartor”
El vicepresidente de Huachipato reacciona por primera vez frente a quienes lo posicionan como uno de los dueños de la concesionaria que administra al club laico.
Victoriano Cerda saca la voz. El vicepresidente de Huachipato responde a los cuestionamientos que lo vinculan a Azul Azul, la concesionaria que maneja los destinos de Universidad de Chile. El empresario lo hace justo el día en que una investigación periodística de Ciper Chile lo relaciona en negocios con la familia Kiblisky, relacionada con Ñublense, y Michael Clark, el presidente de Azul Azul. El reportaje acota que no fue posible determinar el elemento que ha estado en discusión en los últimos meses: su participación en la firma que administra a Universidad de Chile. “Para este reportaje de investigación no se encontraron documentos que acrediten que Cerda o los Kiblisky participan en la propiedad de Azul Azul, pero sí negocios -algunos con ramificaciones en territorios considerados paraísos fiscales- en los que aparecen los nombres del dueño de Huachipato, de diversos miembros de la familia Kiblisky y de los controladores de Nexus. Y el de Clark prestándoles asesorías financieras”, consigna.
De esa conclusión se afirma Cerda para insistir en lo que ha planteado profusamente, en contraposición a lo que han planteado otros personeros como Rodrigo Goldberg, el ex director deportivo de Azul Azul. “No tengo ninguna duda de que Victoriano Cerda es uno de los que compró acciones de la U”, expuso el exdelantero, antes de precisar que no tenía pruebas en ese sentido.
El dirigente acerero contesta a través de su cuenta en Twitter. “Bueno que Ciper haya investigado meses y concluya lo mismo que he dicho 1.000 veces: no soy dueño ni tengo participación en Azul Azul ni en Sartor ni en sociedades relacionadas con ellos”, expone en primer término. “De pasada -aprovecho de decirlo- nunca conocí a Michael Clark antes de su ingreso a la U”, plantea.
Un vínculo en la mira
Lo concreto es que la relación entre Cerda y Azul Azul lleva ya un buen tiempo en la mira. Uno de los factores que inspira la permanente atención ha sido el traspaso de futbolistas provenientes de la escuadra de la usina al club de la capital, en una consideración que también abarca a otro actor relevante: el intermediario Fernando Felicevich.
En ese sentido, por ejemplo, el préstamo del guardameta Martín Parra, perteneciente a los acereros, reinstaló los cuestionamientos. No es el único caso, pues desde la usina también llegaron a los universitarios el defensor Ignacio Tapia y el volante Israel Poblete, cuyos aportes al equipo universitario han sido puestos en duda.
La relación comercial entre ambas instituciones tiene más protagonistas. Nombres como Yeferson Soteldo, Jimmy Martínez y Gabriel Torres figuran entre los que se han movido desde el sur al CDA, con la consiguiente inversión económica, que no necesariamente se tradujo en réditos para los estudiantiles. El caso del llanero es emblemático: los de la usina generaron casi nueve millones de dólares en sus traspasos al exterior, lo que considera los mercados brasileño y canadiense, que se produjeron después de que pasara por la escuadra estudiantil.
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