Una jornada extraña fue la que vivió la selección chilena de vóleibol masculino, que en una repleta Arena Monticello pensaba luchar ayer hasta el último minuto por su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio.
A más de una hora de jugar su partido ante Colombia, la escuadra se enteraba de que la chance de clasificar a los Juegos Olímpicos estaba perdida. Venezuela aplastaba a Perú por 3-0 y el duelo de los Guerreros Rojos pasaba a tener el honor como trofeo.
Chile era favorito por localía y por el tercer lugar obtenido en el Sudamericano disputado en el país, donde precisamente, en la definición por la medalla de bronce, el sexteto nacional puso de rodillas al ahora equipo olímpico de Venezuela.
Pero el certamen no partió de la mejor manera. El primer paso fue con el pie izquierdo. Los locales cayeron ante la Vinotinto por 1-3 en un disputado encuentro y todo se puso cuesta arriba. Frustración es la palabra que mejor describe la retirada del plantel tras el partido, este viernes.
Dada vuelta la página, Chile consiguió una trabajada victoria por 3-1 sobre Perú, que sumado a la caída de Venezuela por 3-2 ante Colombia, hacia renacer el sueño. Se abrían las posibilidades, aunque con dependencia de la calculadora.
Pero este domingo, la selección venezolana salía a hacer su trabajo con solidez y a cerrar su clasificación a la cita de los cinco anillos.
Pese a estos factores, y quizás motivados por la inesperada multitud, los chilenos arrancaron con todo ante Colombia, motivados para cerrar de buena manera el certamen y responder al apoyo popular.
Y así, en una demostración de buen trabajo colectivo, con algunos nombres sobresalientes como Dusan Bonacic, Simón Guerra, Gabriel Araya y los hermanos Parraguirre se impusieron por 25-22. 22-25, 25-21 y 25-19.
Segundos, pero...
Con la victoria, que se sumó al triunfo sabatino ante Perú, los Guerreros Rojos cerraron segundos y se quedaron con una medalla de consuelo, que a algunos jugadores no convenció mucho y se la quitaron. Al capitán Bonacic, el mismo que lloró de frustración tras perder ante Venezuela, solo le quedó agradecer la entrega del público: "Jugar aquí, con esta gente, hace que uno no sienta presión. Da más energía y ganas de jugar".
"Aspirábamos a otras cosas, no se dieron, pero estamos tranquilos, porque dimos todo. No hay mucho que pensar en lo que hubiese sido, esta es la realidad. Es una pena en el alma", sentenció Bonacic.
Más allá de esta frustración, el técnico Daniel Nejamkin apuntó con optimismo hacia el futuro. "Coronamos con un segundo lugar este clasificatorio olímpico. Estoy orgulloso del juego que demostramos. Solo nos queda felicitar a los jugadores y la gente por haber creído en este equipo. Debemos seguir preparándonos para Santiago 2023".