Vidaurre pide sumar al cerro San Cristóbal en el plan Santiago 2023

Martín Vidaurre
Martín Vidaurre, en la Copa del Mundo UCI Sub-23. Foto: Team Chile.

El campeón mundial Sub 23 conversa con El Deportivo de un año que lo tendrá compitiendo en la categoría Elite y en el que participará de los Juegos Panamericanos que se realizan en la capital.



No importa si está compitiendo en la húmeda selva brasileña o en el cuidado campo europeo. Martín Vidaurre siempre aparece como favorito. Ni siquiera importa que sea un recién llegado a la categoría Elite, la más importante dentro del Mountain Bike. Y es que con 23 años es una referencia dentro del ciclismo de montaña gracias a su primer lugar en el Campeonato Mundial de Mountain Bike UCI 2021 en su categoría. Por eso también es una voz autorizada para hablar de los Juegos Panamericanos de Santiago.

En medio del lanzamiento de su documental Road To Elite, el también ganador de los Juegos Panamericanos Junior de 2021, conversa con La Tercera sobre un año lleno de desafíos y de los preparativos para la cita que se disputará en la capital nacional. Un calendario en que, además del MTB, podría participar en Ciclismo en Ruta si consigue los tiempos.

En primer tema que sale sobre la mesa es el posible lugar que recibe a la competencia en donde se ha hecho un nombre a nivel mundial. “El tema es bien político porque todavía no se han decidido. Están entre el cerro San Cristóbal o San Carlos de Apoquindo. Yo siempre he tenido la opinión de que el San Cristóbal es el cerro donde tienen que ser los juegos. Súper central, para que llegue toda la gente que quiera apoyar, porque creo que es una carrera para Chile. Entonces tiene que ser bien central y es lo que me gustaría”, afirma Vidaurre. Agrega: “No se consulta mucho sobre los aspectos técnicos como para favorecernos un poco a los chilenos, pero sea cual sea la pista vamos a prepararnos de igual manera”.

Martín Vidaurre
El ciclista nacional portando una bandera chilena. Foto: Prensa Martín Vidaurre

Además aclara cuáles son expectativas para la competencia que comienza en octubre y que tendrá atletas de todo el continente: “De todas maneras me quiero llevar el oro. Sí o sí voy a pelear para eso. Creo que esa es la oportunidad que tengo ahora y es bien realista dentro de todo”.

Según la información que pudo recabar El Deportivo, la organización informará durante la próxima semana la sede que recibirá la competencia y de momento San Carlos de Apoquindo corre con ventaja al ofrecer mejores alternativas de operación que el Parque Metropolitano.

Vidaurre ya tiene clara su preparación. Partió con dos carreras en Brasil durante abril: una copa en Araxá y los Juegos Panamericanos de la especialidad, eso sí, no tuvo su mejor rendimiento, ya que terminó en la séptima posición. En la última vuelta lo pasó un tren de cuatro corredores.

“Sé que tengo el nivel, que puedo estar ahí, pero simplemente este deporte es tan duro, que pequeños errores te pueden dejar muy lejos. Conozco hace tiempo a los corredores, aunque sea el nuevo. Sé como ganarles, les he ganado también. Es cosa de ajustar un poco más la maquina”, afirma sobre aquel paso en Brasil.

Asume que al ser un recién llegado a la categoría tiene que ir paso a paso. “Yo solo me meto un poco de presión, porque soy corredor, pero este año es de transición. Hay que bajar un poco el perfil a todo, intentar hacerlo con más calma, porque si realmente queremos estar peleando a futuro hay que empezar a aprender y partir un poco de cero. Lo estamos tomando con más calma”, añade.

Por eso también volverá a Europa y dedicará gran parte del calendario a los torneos del Viejo Continente. De hecho, el siguiente objetivo es una preparación de dos semanas para la primera Copa del Mundo de la temporada. Después de eso pasarán cinco meses antes de que vuelva a Chile a preparar los Juegos Panamericanos en tierra local. Las condiciones, las alturas y los terrenos son distintos, por lo que necesita una preparación especial para entrenar esas aristas.

Ya en el cierre de la conversación, el ciclista de Red Bull reflexiona en torno a un mundo que le ha tocado descubrir por su trabajo: el de las marcas. La explosión deportiva que tuvo en los años anteriores lo ha llevado a ser embajador de diversas firmas, teniendo que asumir un rol de rostro. Algo que dice entender y disfrutar, pero con ciertas condiciones. “Uno se tiene que seguir levantando para ir a entrenar, hacer las notas diarias. Entonces, hay que saber llevarlo bien. Creo que encontré la forma de relacionarme con las marcas y hacerles entender que no soy influencer, soy un deportista. Con las que estoy son las que me apoyan, las que me entienden. Tengo un buen balance”, afirma la estrella del MTB chileno.

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