Lionel Messi grita. Levanta los brazos y alienta. Es el emblema de Argentina. Quien, en el inicio del segundo tiempo del alargue, anota y pone arriba a la Albiceleste. El 3-2 del astro adelanta a un elenco que por 70 minutos dominó y jugó tranquilo, pero terminó sufriendo.
Cuando parecía que los de Scaloni levantaban el título tras el 90′, Mbappé lo empató. Allí se engrandece Messi y adelanta, otra vez, a los sudamericanos. Parecía todo terminado, pero Mbappé, nuevamente, tuvo algo que decir.
Una final de antología, donde los dos astros de cada selección se elevan como figuras de la noche en Qatar.