Hace 10 ó 20 años atrás, una victoria de Venezuela sobre Chile por tres goles de diferencia era una quimera, algo que costaba creer. Ahora es una realidad (dolorosa, por lo demás). Todo cambió y la Vinotinto ha crecido exponencialmente, mientras que la Roja va en reversa. La expedición en Maturín terminó en un completo desastre para el equipo nacional. Y lo que más da vueltas es que fallas propias generaron una derrota sonrojante.
Históricamente, a la Roja le fue bien en territorio llanero por Clasificatorias, sin embargo la última visita fue una derrota rumbo a Qatar, lo que implicó el fin de la era de Reinaldo Rueda. Había que sacarse esa espina, más aún si la Vinotinto es un rival directo. Eduardo Berizzo estaba obligado a cambiar el equipo por las ausencias de Catalán, Maripán y Pulgar. El DT se hizo una apuesta: la inclusión de Felipe Loyola desde el arranque. El joven de Huachipato, convocado para los Panamericanos, tuvo su estreno absoluto por la Selección en un encuentro clave. Una doble lectura que se puede hacer es que Matías Fernández no ha convencido.
El equipo nacional dejó sensaciones encontradas en la primera mitad. Mostró pasajes positivos en Maturín, de lo más interesante que ha exhibido en lo que va del proceso eliminatorio, posicionándose en campo rival y llevando el trámite del juego. Pero aquello fue estéril porque una falla terminó por entregarle la apertura de la cuenta a los locales antes del descanso. En el peor momento posible.
A diferencia de los encuentros anteriores, la Roja no se cazó con una táctica rígida, sino que su estructura se veía con más libertades, sobre todo con los tres más adelantados (Valdés, Sánchez y Brereton). Pudo ser sorpresivo, pero el cuadro chileno no planteó el partido para “sacar el empate”. Antes de los 10 minutos iniciales se creó dos chances claras, una de Aránguiz y la otra de Loyola. El punto es que cuando te generas ocasiones de gol, las tienes que aprovechar, más aún en un duelo de estas características.
Un punto aparte dice relación con el momento de Ben Brereton. En la primera parte tuvo mayor movilidad en el ataque, pero no participó activamente en el circuito de juego. Y en el complemento, se volvió a estacionar hacia la izquierda, otra vez yendo al sacrificio (demasiado lejos del arco).
De a poco, el partido fue tomando un sabor algo amargo para la Roja. Diego Valdés, la figura en la victoria sobre Perú, duró poco más de 20 minutos en la cancha. Fue presa del juego brusco aplicado por Venezuela y debió ser cambiado. Entró Darío Osorio, quien no asumió un rol preponderante en la cancha, tanto así que fue reemplazado cerca del epílogo.
Chile se autodestruyó. Lamentablemente para las pretensiones de la selección nacional, errores propios y evitables le entregaron en bandeja el partido a una Vinotinto que tampoco hacía mucho mérito. Estaba llegando el entretiempo y Paulo Díaz comete un grosero error en la salida y regala el balón. La secuencia terminó con el 1-0 de Yeferson Soteldo, con un remate cruzado. El ex Huachipato fue un dolor de cabeza para la zaga nacional.
La segunda autoflagelación: la expulsión de Marcelino Núñez. Chile tenía la pelota en el segundo lapso y Berizzo hizo ingresar al volante del Norwich por Aránguiz. Comete una falta y recibe amarilla, sin embargo le toca el pecho tres veces al árbitro Flavio De Souza. Doble amarilla y expulsión. En una acción tan torpe como insólita, la Roja se quedó con 10. Esa herida fue mortal, porque Chile se derrumbó y Venezuela creció.
Aprovechando los espacios en el fondo nacional, Salomón Rondón hizo el 2-0 en los 72′, luego de una vistosa jugada personal de Soteldo. Después, llegó el tercero de Darwin Machís, apareciendo con libertad por la izquierda. Un aterrizaje forzoso de las expectativas. Una presentación para el olvido. Una derrota que deja una cicatriz fea y profunda.
Nuevamente Chile pierde en un terreno que hace años era fértil. La Roja queda estancada en los cuatro puntos y deberá esperar hasta noviembre para los choques ante Paraguay y Ecuador.
Ficha del partido
Venezuela: R. Romo; A. González, Y. Osorio, W. Ángel, M. Navarro; José Martínez (65′, J. Moreno), Y. Herrera (58′, T. Rincón); S. Sosa (57′, D. Machís), E. Bello (46′, C. Cásseres Jr.), Y. Soteldo; y S. Rondón (87′, Josef Martínez). DT: F. Batista.
Chile: B. Cortés; F. Loyola, G. Medel, P. Díaz, G. Suazo; F. Méndez (68′, V. Dávila), R. Echeverría, C. Aránguiz (46′, M. Núñez); D. Valdés (22′, D. Osorio) (81′, W. Alarcón), A. Sánchez y B. Brereton (68′, A. Aravena). DT: E. Berizzo.
Goles: 1-0, 45′+1, Soteldo, tiro cruzado tras falla de Díaz en la salida; 2-0, 72′, Rondón, define tras jugada de Soteldo; 3-0, 79′, Machís, aparece solo por la izquierda para definir.
Árbitro: F. De Souza (BRA). Amonestó a Núñez y Suazo (CHI). En los 59′, expulsa a Núñez con doble amarilla.
Estadio Monumental de Maturín. Asistieron 50 mil personas, aprox.