No quiso que hubiera sorpresas. El italiano Elia Viviani respondió a su favoritismo quedándose con la segunda etapa del Giro de Italia, ideal para sprinters. Quien fuera sindicado como uno de los candidatos a cruzar la meta en primer lugar, terminó haciéndolo con un tiempo de dos horas, 51 minutos y 21 segundos en los 167 kilómetros que recorrió la ruta entre Haifa y Tel Aviv, en Israel.

El campeón olímpico en Río 2016 demostró ser uno de los mejores velocistas del pelotón y, sobre el final de la carrera, alcanzó a su compatriota Jakub Mareczko, que lideraba hasta los últimos metros. Su aceleración final y la estrategia de su equipo, Quick-Step, terminaron por darle el triunfo. Mareczko remató finalmente segundo mientras el irlandés Sam Bennet cerró el podio del sábado.

"Usé el equipo para mantener la velocidad alta. Luego me pegué a la rueda de Bennett. Los otros dudaron pero sabía que alguien haría algo y estaba listo para responder", comentó Viviani. Y agregó: "Cuando Mareczko atacó le respondí y luego hice mi sprint. Era importante leer bien la situación".

Con respecto a la primera etapa, la segunda arrojó cambios en la clasificación general y la maglia rosa, el atuendo que distingue al líder de la competencia, la vestirá ahora el australiano Rohan Dennis, que despojó a Tom Dumoulin del beneficio, gracias a una bonificación de tres segundos que le adjudicó la cima.

El escolta ahora es el holandés, que tomará la salida en la tercera etapa, la última que recorrerá el pelotón en Israel antes de trasladarse a Italia, un segundo por debajo del oceánico.

"Es un honor vestir de rosa y completar la colección de camisetas de líder de las grandes vueltas. Por supuesto que ahora me gustaría quedármelo, pero hay 19 etapas más por recorrer", dijo Dennis.

Los 229 kilómetros de la tercera etapa conectarán las ciudades entre Be'er Sheva y Eilat, en el desierto de Negev, al sur de Israel.