Este lunes partirá el periplo de Santiago Escobar en la U, cuando la entidad laica lo presente en sociedad. Y lo hará junto al nuevo arquero Hernán Galíndez y el defensor boliviano José María Carrasco, quienes también aterrizaron ayer en Pudahuel. La presentación del DT vendrá de la mano con el inicio de la pretemporada, a la que los jugadores tendrán que presentarse para hacerse los exámenes médicos de rigor.
El desafío no es menor para el que fuera estratega de la Universidad Católica de Ecuador desde 2017. Revivir a un grande que navega perdido es el reto que tiene entre sus manos. Nada fácil, pues los azules tuvieron un 2021 para el olvido, en el que casi se van a Primera B.
Los requerimientos y obligaciones para el nuevo DT son los mínimos exigibles para un club grande: pelear el campeonato, lograr un cupo a un torneo internacional y tener una idea clara de juego es lo que se espera del colombiano. Esto último, quizás, es la primera añoranza: evidenciar que existe un trabajo real. Volver a ser competitivos. Algo que esperan poder ver a partir de la otra semana, cuando el plantel viaje a Argentina a jugar un cuadrangular, en el que se enfrentarán a dos superpotencias continentales, como lo son Boca Juniors y River Plate, además de Colo Colo.
Pero arrancar una nueva era no es fácil. Más para un DT que le es ajeno el balompié criollo. Por eso, desde Azul Azul, con Michael Clark y Luis Roggiero a la cabeza, ya empezaron a transformar el plantel de cara a este año. Tres son los nuevos nombres que, de momento, ya se han oficializado. El cuarto, será el mismo Galíndez.
El primero en llegar fue Ronnie Fernández. El delantero viene a ser el reemplazo de Joaquín Larrivey. Con menos gol que el argentino, el excaturro tiene un juego más asociativo. Sin embargo, estará por verse si los azules extrañarán las 20 dianas que convirtió el argentino en el pasado campeonato.
El segundo refuerzo que llegó fue el extremo Jeisson Vargas, quien proviene de Unión La Calera. El excruzado también viene a reforzar un ataque laico que la última parte del torneo estuvo prácticamente desaparecido. La tercera de incorporación que se oficializó, en tanto, fue la de un viejo conocido: Felipe Seymour. El volante viene de defender los colores de O’Higgins y será su tercera etapa en los azules.
En tanto, de los extranjeros que aterrizaron ayer, el que sacó la voz fue el defensa boliviano José María Carrasco, quien es consciente de que los azules no tuvieron una buena temporada el año pasado. Eso sí, confía en retomar la senda ganadora junto a los azules.
“La verdad que lo quería hace rato y me ilusiona bastante, es un gran desafío para mí y para mi carrera. Pero hay que empezar de a poco. Hay que conocer al grupo, interiorizarme con el club, pero el día de mañana me gustaría dejar alguna marca acá en la U”, comenzó diciendo el zaguero, a lo que agregó: “Por ahí la U no tuvo el mejor año el anterior, pero bueno, hoy se renuevan las ilusiones y espero que tanto yo como los chicos que están llegando vengamos para devolver a la U a donde se merece”.
No obstante, la renovación del plantel aún no termina, y la institución sigue a la espera de cerrar nuevos jugadores que sean del gusto de Escobar. Con estos fichajes, más los métodos del colombiano, la dirigencia espera que por fin la U pueda ver la luz. Métodos que le darán una nueva fisionomía, identidad y orden al equipo. En lo comercial, en tanto, los azules también iniciarán la temporada con una novedad en su camiseta. La marca Betano, empresa que se dedica a las apuestas, aparecerá como la marca principal. Betano ya está en clubes como Fluminense y Atlético Mineiro de Brasil.
Un DT adicto a la disciplina
Pero, ¿qué esperar de Escobar más allá de la propuesta futbolística? Disciplina. El DT ve en esta cualidad algo esencial para el funcionamiento de un equipo. Lo anterior muy bien lo saben en su último club, la Universidad Católica de Ecuador, lugar en el que el colombiano impuso estrictas normas de comportamiento para modelar la vida y las costumbres del primer equipo.
En una entrevista el 2019 a un portal ecuatoriano, el estratega dio luces de su férrea postura con sus dirigidos, especificando qué cosas se aceptan y cuáles no. Llegar temprano, por ejemplo, es una obligación. Otra de las cosas que no acepta son los aros y joyas en un partido. El colombiano no transa con estos los elementos. Ni siquiera en los entrenamientos. Presentarse a una cancha así es inadmisible. Otra de las obligaciones que impone es el uso de canilleras en los entrenamientos. Lo que se hace en un partido de fútbol, debe replicarse en la semana, cuenta.
Con la tecnología el DT también es inflexible. Ni imaginar celulares en la cancha, en los camarines o durante la comida. Según dice, solo sirve para escuchar música y amenizar el ambiente. Por eso, el estratega piensa que durante las instancias en que los jugadores desayunan, almuerzan o cenan son momentos importantes en las que el plantel debe conversar y mirarse a la cara.
Por ello, desde esta perspectiva, lo primero que hará Escobar será hacer un diagnóstico del plantel para empezar a armar las normas que regirán para todos los jugadores. Con ello, espera inculcar valores que, dice, van más allá del fútbol, pues lo que él busca es, más allá de obtener buenos resultados, formar buenas personas.