El vuelo de la ilusión
Bromas, cánticos, mate y selfies acompañaron a Colo Colo en su trayecto hasta Sao Paulo, donde mañana se juega la vida.
Aeropuerto Arturo Merino Benítez, 14.26 horas. La monotonía y la tranquilidad se rompe cuando aparece el bus de Colo Colo. Una centena de hinchas se mezcla con los reporteros para estar cerca de sus ídolos y, si tienen suerte, obtener una selfie. Se escucha un ceacheí mientras bajan los jugadores. Los más asediados, Paredes y Valdivia. Ambos se detienen para hablar con los medios y también aceptan gustosos los requerimientos de los fanáticos.
Cruzando la puerta de policía internacional, el ambiente se distiende más. El capitán es el más bromista. Molesta al gerente de comunicaciones por sus pintorescas zapatillas. Al percatarse de la presencia de La Tercera, se pone serio. Luego, cierra el ojo en señal de broma y se ríe.
Mientras avanza la fila, los argentinos Damián Pérez y Juan Manuel Insaurralde son desviados, pues en su caso era necesario un papel migratorio. Solo un trámite. De pronto, todos se preguntan por Valdivia. Pero antes de que la preocupación aumentara, el Mago se hizo presente.
En el Duty Free, el 10 del Cacique fue por lejos el más abordado, principalmente por mujeres. Algunas, trabajadoras de los locales comerciales de esa zona. Todas querían una foto o un saludo.
Mientras algunos jugadores se dirigían al embarque, otros pasaron a un cafetería. "Me da un frapuccino de frutilla", se alcanzó a escuchar. No había mucho tiempo. Unos metros más allá, Paredes se daba un fraternal abrazo con Aníbal Mosa.
Los primeros en subir al avión fueron los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes, que se distribuyeron en la mitad delantera. Así, por ejemplo, en la primera fila del lado izquierdo se ubicó Gabriel Ruiz Tagle, mientras que dos corridas más atrás, Aníbal Mosa. Por el lado derecho, a la altura del presidente, viajaban Héctor Tapia y el PF Hernán Torres, y más atrás, Gualberto Jara, Marcelo Espina, el cuerpo médico y los jugadores. Todos los asientos eran de la misma categoría.
Al fondo, se instalaban la prensa, hinchas y algunos familiares. Entre ellos, el padre de Insaurralde, el inesperado héroe del Superclásico. Después de bromear con la ubicación de los asientos, habla del delicado momento personal del defensa, con el que guarda un evidente parecido. "Está con un problemita, pero se va a solucionar", señala.
Tras el despegue, una persona mayor de atreve con un ceacheí, que es coreado por todos los simpatizantes. Luego, un entusiasta aplauso para continuar.
Después de pasar la cordillera de los Andes, gran número de pasajeros se dirigió al baño, también algunos jugadores, como Baeza, quien amablemente accedió a que algunos hinchas lo fotografiaran. Pavez y Valdivia se pasean sonrientes. Otros escuchan música, mientras que Zaldivia va raudo a buscar su kit para compartir el tradicional mate y una charla en medio del pasillo con sus compatriotas, a la que después se sumaría uno de los hijos de Ruiz Tagle.
En menos de cuatro horas de vuelo y sin mayores turbulencias, la nave aterriza en Guarulhos. Allí, Valdivia es el más requerido por la prensa local, mientras que Paredes se refiere no sólo al duelo ante Corinthians por el paso a cuartos de final de la Copa Libertadores, sino que también repasa -requerido por radio Cooperativa- lo sucedido en el Superclásico: "De alguna u otra forma había que tapar lo malo que hizo la U, nunca propuso, nunca jugó, solo se dedicó a jugar al contragolpe y por ahí eso se tapa con los incidentes".
Acerca del choque con el Timao, afirma: "Vamos a pasar la llave. Eso es lo que todos queremos. La verdad hay mucha confianza. Hace tiempo no veía un equipo tan comprometido, tan unido, tan esperanzado".
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