Lo esperaban a las 07:00 AM en su casa de Puente Alto, pero Jorge Silva de 60 años jamás llegó. Quince minutos antes, él y su inseparable motocicleta Yamaha fueron arrollados por el futbolista de Audax Italiano Rodrigo Holgado (24 años) y su imponente camioneta BMW, a la altura del kilómetro 2.050 de la autopista Vespucio Sur. Silva venía de finalizar su turno nocturno en el aeropuerto, donde se desempeñaba como conductor de los buses de acercamiento de pasajeros dentro del terminal.

Holgado venía de carretear y beber alcohol junto a Manuel Fernández, compañero de equipo y, durante el choque, su copiloto.

La pareja de Silva reparó de inmediato en su demora. Las llamadas pronto comenzaron a sucederse una tras otra. Al trabajo, a los parientes, a los conocidos. Luego la prensa informó de un accidente de tránsito que involucraba a un motociclista y el miedo en la familia creció. Alrededor del mediodía lo confirmaron: Jorge Eduardo Silva Silva, el padre, el pololo, el abuelo, el amigo, el motoquero; había muerto.

El jugador argentino fue detenido en el lugar. El resultado de su alcoholemia registró 1,53 gramos de alcohol en la sangre, lo que para el Ministerio Público constituyó el “delito de manejo en estado de ebriedad con resultado de muerte”. Se le decretó prisión preventiva por considerársele un peligro para la seguridad de la sociedad.

José Tomás del Campo, primer abogado del delantero, apeló a la medida cautelar ante el Juez de Garantía de Santiago (°11) argumentado que el “imputado padece un cuadro depresivo con diversos trastornos”. También que no tiene antecedentes, que ayudó en el momento del choque y que no hay riesgo de fuga. Holgado cambió de representantes legales por decisión de la familia. La defensa ya no la llevará Audax sino abogados particulares: Camilo Cereño y Nelson Sala. Pero su apelación de arresto domiciliario fue desechada también el jueves. El jugador pasará al menos los 120 días que dure la investigación en la cárcel Santiago 1.

“Fue bastante impactante cuando nos enteramos de que la persona fallecida era mi papá. La familia está muy afectada por la noticia”, cuenta Cristopher Silva, el hijo mayor de Jorge. “No es una noticia agradable para nadie, sobre todo por la trágica manera en la que sucedió. Estamos en shock”, agrega.

El cuerpo de Jorge Silva fue entregado a su familia dos días después de la tragedia. Durante esas 48 horas no recibieron ningún mensaje de Rodrigo Holgado o de su equipo de abogados. Tampoco los contactaron desde Audax, que se limitó a condenar el actuar de sus pupilos y entregar condolencias a través de un comunicado. Lo único que obtuvieron fue un mensaje de parte del padre del delantero en el que lamentaba lo sucedido. “Pero él no tiene la culpa de nada”, cuenta el primogénito.

Por la pandemia, solo pudieron velar a Jorge Silva un día y con restricciones. Al día siguiente se realizó el funeral en el que solo pudieron estar 25 personas. El cortejo fúnebre fue masivo.

“Lo que buscamos es justicia. Para que sirva de ejemplo, no porque tengamos rabia, sino para que sirva de ejemplo de que no se puede manejar ebrio. Sobre todo por cómo está el mundo. Todos tienen las mismas ganas de carretear que ellos, de poder compartir, pero no se puede. Hoy fue mi papá la víctima y ese jugador el victimario, pero antes fueron otros los que no entienden. Que sirva de ejemplo de que la ley se debe cumplir, y entender que un jugador de fútbol es un modelo a seguir. Que sepan que una cosa no va con la otra, que no porque sean famosos o tengan un poco de éxito se van a pasar por cualquier lado lo que no deben hacer”, exige el hijo.

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“No he visto ningún estudio que relacione directa o indirectamente la práctica del fútbol con un consumo problemático de alcohol, pero hay cuestiones culturales que tienen relación con cómo se consume alcohol en Chile”, sostiene Oriana Figueroa, psicóloga especialista en adicciones del CICS de la Universidad del Desarrollo. “Si queremos entender este fenómeno, teorizaría con que son muchachos jóvenes que de pronto ganan harta plata, tienen harta exposición, se vuelven famosos, y están haciendo lo que les gusta, y ahí las probabilidades aumentan”, añade.

“Los futbolistas son un espejo en donde se miran los niños y la juventud. Y ahí se hace una conjunción mala, que es alguien que yo admiro tiene conductas irresponsables y a que a fin de cuentas no ve las consecuencias que sus actos tienen”, afirma Carlos Charme, director del SENDA. Por lo mismo, no esconde su preocupación ante el hecho de que jugadores de fútbol estén involucrados en delitos como el que cometió Holgado: “El deporte es uno de los factores protectores que tenemos para llamar a los jóvenes a ocupar su tiempo libre en hacer actividades sociales y culturales. Y si tú ves que llamamos a hacer deporte, pero a la vez están viendo que esas figuras deportivas están teniendo conductas irresponsables, no es un buen ejemplo”.

Que los infractores no sean sancionados como corresponde también se convierte en un aliciente para saltarse las reglas. Figueroa recuerda el caso que implicó a Johnny Herrera en 2009, cuando atropelló y mató a Macarena Casassus el 20 de diciembre de aquel año. El exarquero de la U conducía a exceso de velocidad y con 0,56 gramos de alcohol por litro de sangre. Solo fue condenado a 150 días de pena remitida y firma en Gendarmería.

“Es uno de los casos emblemáticos de esta situación, donde hubo la muerte trágica de una persona, pero las sanciones fueron nulas. Lo que pasó con Vidal cuando chocó después del casino, también hay una sensación de que los futbolistas son intocables. Si Herrera hubiese ido a la cárcel o no hubiese jugado más al fútbol, tal vez se habría sentado un precedente para las generaciones posteriores. Hay mucho de aprendizaje en todo esto”, asevera Figueroa.

Una de las soluciones para frenar esta correlación es, precisamente, la pena efectiva y la educación. “Sanciones que realmente cumplan su función y mayor educación a los futbolistas, que se están enfrentando a un mundo a veces muy jóvenes, que probablemente es mucho más de lo que se imaginaban”, cierra Figueroa

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“Fui al psicólogo porque no quería jugar más al fútbol. No quería ir más a entrenar. Fui varias veces y sí me ayudó, pero creo que el mejor sicólogo es la familia”. La confesión es de Rodrigo Holgado a La Tercera durante una entrevista en marzo pasado. El argentino abordaba por primera vez de manera pública uno de los problemas con los que ha tenido que lidiar durante los últimos años, y que fueron gatillados cuando su anhelo por destacar en San Lorenzo de Almagro, allá en 2016, se vio truncado al ser desechado por Pablo Guede: la depresión.

Este cuadro fue precisamente una de las razones que esgrimió su primer abogado, José Tomás del Campo, cuando interpuso un recurso de apelación para revocar el arresto domiciliario que fue decretado para Holgado. “Imputado padece un cuadro depresivo con diversos trastornos”, puede leerse en el escrito presentado por su exrepresentante al Juez de Garantía de Santiago (°11). En Audax Italiano estaban al tanto de la afección que padece el argentino. De hecho, las conversaciones entre él y Marcos Cubillos, sociólogo que prestaba apoyo al plantel, eran permanentes.

La depresión no fue el único argumento que esgrimió Del Campo para dejar sin efecto la prisión preventiva. El jurista señala como “circunstancias relevantes no consideradas” el hecho de que Holgado no tuviera antecedentes delictuales previos: “Imputado no presenta condenas pretéritas, configurándose la causa de irreprochable conducta anterior”. También, que al momento del choque el transandino intentó “cooperar eficazmente bajándose del vehículo inmediatamente para ayudar a la víctima”.

Para la defensa —en ese entonces— de Holgado, el peligro de fuga es inexistente: “Mi representado no intentó evadir el control de la policía dándose a la fuga, muy por el contrario procuró ayudar a la víctima, prestó apoyo a la labor policial, tiene domicilio conocido y mantiene un contrato vigente en Chile, todos antecedentes que, contrariamente a lo resuelto por la resolución, permiten sostener que no existe en ningún caso el peligro de fuga”.

Pese a la apelación ya presentada y los avances que se estaba realizando en su defensa, la familia de Holgado decidió dejar de contar con los servicios de Del Campo —abogado que dispuso Audax Italiano— y contratar a nuevos legistas el caso: Camilo Cereño y Nelson Salas.

Durante la tarde del miércoles la Fiscalía Metropolitana Sur, a través de sus redes sociales, informó que la Corte de Apelaciones de San Joaquín confirmó la prisión preventiva de Rodrigo Holgado por considerarlo un peligro para la sociedad con peligro de fuga. Los 120 días que durará la investigación deberá pasarlos en la cárcel Santiago 1.

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Que el delito cometido por Holgado se investigue bajo la denominada Ley Emilia le entrega a la familia cierta tranquilidad. Esto, porque desde su promulgación en 2014 quien maneje en estado de ebriedad con resultado de muerte recibirá penas de cárcel efectiva, que incluso pueden alcanzar los cinco años. Es un consuelo, dicen, que no quede impune la partida de Jorge Silva, a quien esperaban en su casa de Puente Alto a las 07.00 AM, pero que jamás llegó.