Desde el 14 de marzo del año pasado que Claudio Bravo no estaba relacionado directamente con la Selección. Ese día, a través de su cuenta en Twitter, el guardameta del Manchester City comunicó que no sería parte de la convocatoria para los amistosos frente a Suecia y Dinamarca, los primeros de la era de Reinaldo Rueda al mando del bicampeón de América. "Solo me preocupaba algo que para mí era muy importante: mi preparación y trabajo", comunicó esa vez el capitán que levantó los dos trofeos continentales que ha celebrado Chile. "Desde la ANFP no he recibido ninguna llamada de parte del presidente A Salah tratando de solucionar este tema. Por ende, tenía programado un viaje junto a mi familia. Lamento profundamente que me estén llamando en contra de mi voluntad, ya que con los años me ganado un mínimo respeto por este escudo", estableció.
El miércoles por la noche, 14 meses después del divorcio, coincidentemente el mismo tiempo que Rueda lleva en Chile, ambos se reunieron para acercarse. El técnico colombiano le comunicó que quiere verlo y Bravo aceptó la invitación a integrarse al plantel sin condiciones de por medio. El retorno del portero ya estaba resuelto.
¿Por qué vuelve Claudio Bravo a la Selección? Las razones son múltiples. Las más obvias están a la vista. Una de ellas es la ascendencia del vilucano sobre sus compañeros, a los que capitaneó en las Copa América de Chile y Estados Unidos y en los procesos clasificatorios a los mundiales de Sudáfrica, Brasil y Rusia. Eso sí, después del fracaso en el intento por ir al último certamen planetario, surgió la división que Bravo se comprometió con Rueda a solucionar en la intimidad del vestuario. Al arquero se le apunta por ventilar asuntos internos después de que su círculo familiar más próximo apareciera en televisión refiriéndose a la conducta de Arturo Vidal Pese a ello, y pese a que figuras como Gary Medel se alinearon con el volante del Barcelona, en parte del plantel se le sigue reconociendo como un líder.
El criterio más importante es el futbolístico. Más allá de la inactividad en la que está sumido desde que el 20 de agosto del año pasado sufrió la rotura del tendón de Aquiles de la pierna izquierda en una práctica de los Ciudadanos, Rueda asume que las condiciones futbolísticas del guardameta están sobre las que han exhibido sus potenciales reemplazantes. De los cinco que han defendido el pórtico de la Roja en su ausencia, solo Gabriel Arias actúa en una competencia distinta y más exigente que la chilena: la argentina. Más allá de su condición de campeón transandino con Racing, el historial de Bravo, el nivel de los clubes que ha defendido y los títulos que ha conseguido en esos equipos y en la Roja le dan un abultado crédito.
Rueda ha llamado a 11 arqueros durante la ausencia de Bravo. Algunos a los microciclos que ha desarrollado en Juan Pinto Durán y a otros a las giras que ha desarrollado desde que asumió la conducción del combinado nacional.
El recuento de partidos dirigidos por el cafetalero arroja que han sido cinco los porteros que se han puesto el polerón número 1 de la Roja: Gabriel Arias, Johnny Herrera, Brayan Cortés, Gonzalo Collao y Fernando de Paul. La lista está confeccionada en base a la cantidad de partidos disputados con cada uno. El guardameta de Racing ha jugado cuatro encuentros (Polonia, Serbia, Corea, México y Estados Unidos); el azul, tres (Suecia, Dinamarca, Costa Rica); el albo, dos (México, Honduras), el loíno, uno (Rumania) y De Paul, uno (Perú).
Más allá de que Herrera sume una mayor cantidad de encuentros que el iquiqueño, la juventud del arquero de Colo Colo y la continuidad que ha tenido en el arco albo, favorecida también por la lesión de Agustín Orión, lo sitúan como alternativa más cercana a ocupar el tercer puesto en la nómina que jugará en Brasil
La revisión de opciones ha sido amplia y todo indica que poco convincente. Además de los que han tenido la opción de jugar alguna vez, por los ojos de Rueda han pasado directamente Cristopher Toselli, Lawrence Vigouroux, Yerko Urra, Luis Ureta, Nelson Espinoza y Zacarías López.