Wanderers falla en su debut copero

Asegurar de local suele ser la máxima en este tipo de partidos. Y hacerlo desde el comienzo, una obligación. Santiago Wanderers, en la segunda fase de la Copa Libertadores, cumplía con esto a la perfección. A los 2', tras un centro atrás de Matías Fernández, Rafael Viotti abría la cuenta tras recibir solo y definir con un derechazo cerca del punto penal.

No se podía iniciar de mejor manera. Melgar, débil en defensa, sufría un nerviosismo que supo aprovechar el Decano. Sin embargo, no pudieron aumentar la ventaja.

Eso fue aprovechado por los peruanos, que tras el gol poco a poco comenzaron a ganar terreno. Una seguidilla de tiros de esquina -demorados en varias ocasiones por un impresentable desequilibrio del banderín del córner- metieron en su propia área a los caturros, que contaron buenas intervenciones del portero Viana.

Ambas escuadras fallaban de cara al gol. Fernández, el mejor del cuadro de Valparaíso, hacía pasar zozobras a Loyola, lateral izquierdo del cuadro arequipeño. La visita se replegaba completamente cuando los dirigidos de Nicolás Córdova controlaban el balón. Pero no creaban peligro.

A los 41', nuevamente Fernández asistía al goleador del partido, aunque esta vez Viotti la envió al travesaño. El paso del tiempo y la mala definición termina pasando la cuenta, y así lo vivieron a los 49' del primer tiempo, cuando con un globito, Cuesta silenció a las más de siete il personas que llegaron al Elías Figueroa. Cerezo, intentando desviar un pase, se barre y envía el balón a su propio campo, habilitando en solitario al atacante rival, que con gran clase remató por sobre Viana.

La primera parte concluía de la peor manera. Wanderers recibía un gol de visita y no se imponía de manera clara en el juego, lo que se notó incluso más en el complemento. La acción disminuyó. Los intentos de ambos equipos se basaban más en ganas que calidad.

A los 65', en una jugada muy parecida a la apertura de la cuenta, Cuesta recibió solo en el centro del área, aunque erró y no impactó el balón, lo que fácilmente pudo transformarse en el 1-2.

Los caturros, pese a todos los cambios, cada vez cedía más el campo. Melgar, en tanto, jugaba con la desesperación y con el paso del reloj, sin apremio ni apuro. El resultado los acompañaba y era inmejorable para la vuelta.

Y así terminó el partido, con un resultado que no sirve a los porteños, que deben jugarse la clasificación en Arequipa.