Fue feliz o fue triste la noche del lunes para Golden State. El resultado dice que alegre, pues como visita pudo alargar la serie final de la NBA ante Toronto; pero la verdad es que había tristeza en ese camarín: la imagen de Kevin Durant saliendo de la cancha lesionado los devastaba.

El quinto partido se armó para que los canadienses celebraran su primer título, pero Golden State firmó una historia diferente desde el inicio. Eso, sumado a las malas decisiones en los segundos finales del local dejaron 3-2 la confrontación.

Una serie con una sola victoria de un local en cinco compromisos, una cifra que no se daba desde 2001. Durant sufrió una lesión en el talón de Aquiles derecho. En pleno partido, se desplomó pidiendo inmediatamente la ayuda médica. Las celebraciones del público fueron acalladas por los propios jugadores de Toronto, por respeto al dolor de Durant, quien sabía que seguramente no volverá a pisar una cancha en esta final.

En los 12 minutos que jugó Durant anotó 11 puntos y capturó dos rebotes. Era su primer partido desde que otra lesión lo había marginado de los playoffs. "Me duele el alma, no lo puedo negar, pero ver a mis hermanos ganar el partido fue como tomar un tequila, me dio una nueva vida", escribió en su cuenta de Instagram.