El primer finalista extranjero contra la dinastía guerrera
Toronto puede convertirse en el único campeón de fuera de Estados Unidos en su primera final de la NBA. Golden State quiere evitarlo y, de paso, ganar su cuarto título en los últimos cinco años.
Una historia llena de gloria por escribir. Otra, por sumar un nuevo capítulo. El anillo está en juego. Golden State y Toronto inician el jueves las finales de la NBA. Los Warriors van a su quinta definición consecutiva en busca de su séptima corona, su tercera en línea y su cuarta en los últimos cinco años. Los Raptors, a su primera para enmarcar la mejor temporada de su historia y para que el título de la mejor liga de básquetbol del mundo se lo lleve por primera vez un equipo de fuera de Estados Unidos. Cruzando la frontera, en Canadá, se juegan los dos primeros de los siete episodios.
Un equipo que está marcando la época. Desde California, Golden State se ha hecho fuerte a pesar de un irregular inicio de temporada, con rumores de que la nueva dinastía ya estaba por acabar. También por los conflictos internos que desataba Kevin Durant. Sin embargo, la polémica nunca confundió ni desconcentró a los Warriors, que terminaron líderes indiscutidos de su conferencia y barriendo para ganarla ante Portland. KD fue una de las máximas figuras hasta su lesión, sufrida ante Houston, que le hizo incluso perderse la final del Oeste. Ahí apareció -o reapareció- Stephen Curry para ser el mejor de su equipo y guiarlos a su quinta definición en línea. Historia por donde se le vea, pues nunca un equipo NBA lo había logrado.
La búsqueda del tercer campeonato seguido, eso sí, no la tienen para nada sencillo. Toronto no es un equipo cualquiera. Como último antecedente está la final del Este, donde Milwaukee y Giannis Antetokounmpo asomaban como favoritos por lo hecho en la temporada regular. Los Bucks fueron los mejores del país y ganaban 2-0 su serie. Pero Kawhi Leonard y los Raptors querían otra cosa: cuatro triunfos seguidos y a la caza del anillo. Una historia novata, de 25 años de vida, que en 2018-19 consiguió su primera final de la NBA. Tres semifinales y una final de conferencia perdida era lo mejor que habían conseguido hasta que el grupo entrenado por Nick Nurse dijo lo contrario.
Un quinteto consolidado, aunque disminuido, contra un explosivo Toronto. Durant se perderá los primeros partidos y también DeMarcus Cousins, pero Golden State ya ha demostrado que las bajas no lo bajan. Eso sí, el equipo juega distinto. Se humaniza sin Kevin. Pero el que se crece es Curry. Al lado contrario la figura es indiscutible. Lleva el dos en la espalda, trenzas en el pelo y Leonard en el dorsal. En él, defensa y ataque. Sin embargo, no está solo y escuderos que le han sabido llevar el peso, tiene. Pascal Siakam y Kyle Lowry han secundado al alero, haciendo casi imbatible a los canadienses.
Espectáculo
La serie promete espectáculo. El aspecto anotador del base de los Warriors apareció mucho más en los playoffs. A Curry, sin embargo, no le calienta mucho: "La verdad que nunca pienso en ese tipo de estadísticas, ni antes ni después de cada partido. Mi única preocupación es hacer lo mejor en el campo y que mi aportación pueda ayudar siempre al equipo a conseguir la victoria". Una declaración de principios.
Por su parte, Leonard, a quien el presidente de los Raptors, Masai Ujiri, catalogó como el mejor jugador de la NBA, solo piensa en lo colectivo. "No me importa ser el mejor jugador, quiero ser el mejor equipo. Justo antes de la temporada, cuando hicimos el intercambio, Masai sentía lo mismo por mí. Está saliendo bien. Estamos en la final y aún no hemos terminado", dijo tras ganar el cetro del Este.
En el Scotiabank Arena inicia la serie. Dos grandes equipos, grandes realidades. Golden State ante Toronto. Canadá contra Estados Unidos. La dinastía contra los aspirantes a leyenda.
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