Wimbledon, Djokovic y “un premio a la consistencia”: las claves para entender el momento de cambios que vive el ranking ATP
Carlos Alcaraz o Casper Ruud le quitarán el número uno del mundo a Medvedev este lunes, provocando otro giro en un listado que desde su manejo en la pandemia recibe críticas.
En la semana en que Daniil Medvedev perderá el número uno del mundo, el debate sobre el valor del ranking ATP ha vuelto a ponerse sobre la mesa. Y es que desde la pandemia, el listado planetario ha recibido críticas por su gestión con el puntaje de los jugadores.
Lo primero que gatilló este malestar fue la decisión de la ATP de prolongar por más de un año y medio la protección de puntos, siendo que para 2021 la mayoría de los jugadores (por no decir todos) ya estaban girando de forma regular.
En los primeros meses la medida era más que lógica, pero finalmente terminó castigando mucho a los jugadores que comenzaron a explotar el año pasado, y favoreciendo de sobremanera a los que estaban pasando por malas rachas. El gran ejemplo de aquello fue Roger Federer, quien estaba en el top 20 sin haber jugado en dos años.
Pero cuando el descongelamiento de los puntos llegó, otros problemas aparecieron para la fiabilidad del ranking. El primero de ellos tiene nombre y apellido: Novak Djokovic.
Djokovic ¿el legítimo número uno?
A fines de 2021 nadie veía factible que Djokovic perdiera la cima del ranking en el corto plazo. Tras un año brutal, en donde conquistó Australian Open, Roland Garros, Wimbledon e hizo final en el US Open, no había un jugador en mejor forma que él.
Eso hasta que llegó enero de 2022 y el mundo perfecto de Nole se acabó. La prohibición del gobierno oceánico de viajar a la isla por no estar vacunado fue solo el primer golpe de un año que lo ha tenido más fuera que dentro de las canchas. Por temas relacionados a su decisión de no inocularse, el serbio no pudo disputar el Australian Open, Indian Wells, Miami, Montreal, Cincinnati y el US Open, perdiendo de forma automática 3.250 puntos y quedando sin la opción de disputar 8.000 unidades. Torneos que pudieron haber cambiado todo.
Eso sí, Djokovic no solo fue castigado por su decisión de no vacunarse, sino que los problemas se acrecentaron por la medida de quitarle los puntos ATP a Wimbledon, torneo en donde este año revalidó su título, pero en donde no pudo mantener las 2.000 unidades que entrega el evento británico.
Lo más probable es que en un año normal el serbio actualmente estaría al menos en la pelea por el número uno del planeta, algo que ahora no está ni cerca de suceder. Actualmente es el seis del planeta. El lunes será siete y tendrá solo 200 unidades más que el décimo clasificado.
Wimbledon castigó a varios
Otro momento clave para el ranking mundial fue el grand slam británico y su decisión de no dejar jugar a tenistas rusos ni bielorrusos producto de la guerra en Ucrania. Aquello provocó un terremoto en la ATP, quien determinó que si no todos podían jugarlo, el torneo no podría entregar puntos.
Debido a esa medida por ejemplo Nick Kyrgios no pudo sumar 1.200 puntos, Rafael Nadal 720 o Christian Garin 180. Pero la asociación no se quedó ahí, ya que también optó por eliminar los puntos del 2021. Ese fue el motivo por el que por ejemplo Nole perdió 2.000 unidades, Berrettini 1.200 y Hubert Hurkacz 720. No decidió proteger las unidades de los jugadores, en una decisión que no parece tan descabellada si se ve lo que hicieron cuando la pandemia estalló y muchos profesionales no pudieron disputar eventos.
Aquello ha provocado que hoy sea imposible hablar del ranking, sin mencionar el asterisco que generó Wimbledon en el conteo. Dejar sin puntos a uno de los cuatro eventos que más unidades entrega en el año es un factor demasiado relevante en la discusión.
“Un premio a la consistencia”
Nick Kyrgios lo dijo sin rodeos cuando venció a Daniil Medvedev en los octavos de final del US Open: “El sistema de clasificación no recompensa la habilidad y la forma, honestamente, solo lo hace durante un periodo de tiempo. Premia la consistencia más que otra cosa. El ranking no es algo que me importe, ese es el mensaje que espero haber mandado esta noche. La gente ha visto al Nº1 enfrentarse al Nº23, eso es todo. No me importa si soy cabeza de serie o no, la clasificación no significa nada”. Una frase que si bien iba influenciada por las motivaciones y planificación del australiano, demuestra de gran manera el eje principal del ranking ATP.
El gran ejemplo de aquello es Casper Ruud. Si el noruego hoy está a dos victorias (quizás una) de transformarse en el número uno del mundo es exclusivamente gracias a su consistencia. Influenciado por sus 23 años y un físico bien cuidado, el escandinavo es uno de los jugadores que más torneos disputa en el año, diciendo presente por ejemplo en la gira sudamericana y en los torneos de arcilla europeos post Roland Garros.
Pese a que hizo final de Roland Garros y ahora está en semifinales del US Open, Ruud aún no sabe lo que es ganar un Grand Slam, un título Masters 1000 o un torneo categoría 500. Ni este año, ni los pasados. Un registro que lo separa de inmediato con los jugadores que hasta ahora han sido números uno del mundo.
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