Woods se reencuentra con sus fanáticos

TIGER WOODS

En la tercera ronda del PGA Championship, Tiger arrasó. Está entre los 10 mejores.



Nadie lo da por perdido. Por cariño, porque saben de su calidad o porque así lo desean. En Estados Unidos, Tiger Woods siempre es uno de los favoritos para ganar un campeonato o, en este caso, un major, pese a que no haya tenido sus mejores temporadas o que no juegue este certamen hace dos años, debido a las lesiones. Tal vez el sexto puesto en el reciente Open británico haya reabierto esas esperanzas.

A las que Tiger, de 42 años, respondió ayer. Primero en la mañana, cuando partía con tres bajo el par y le rebajó otro golpe más a la cancha en los 10 hoyos que jugó.

Pero lo mejor lo hizo por la tarde, en la tercera ronda, cuando arrasó con Bellerive: partió con birdies en los dos primeros greens y entre las banderas seis y ocho también, aunque encajó un bogey en el cinco. Un regreso al club house defendiendo todos los pares lo dejaron entre los 10 mejores.

Que el californiano gane, eso sí, es complicado, en especial por lo que está haciendo su compatriota Brooks Koepka, quien el viernes se sumó a la lista de jugadores que ha podido marcar 63 impactos en un PGA Championship y ayer se adueñó del liderato en exclusiva, tras una tarjeta brillante con seis birdies y dos bogeys (consecutivos) casi al terminar el día.

Koepka, ganador de los dos últimos US Open, es el líder, pero la figura de la jornada fue su escolta, el australiano Adam Scott, con cinco bajo el par.

También fue protagonista el inglés Matt Wallace, quien anotó un hoyo en uno en la 16ª bandera para quedar 21º, con cinco bajo la exigencia.

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