El teléfono de Ximena Restrepo (50 años) no deja de sonar por estos días. El miércoles, en Doha, la medallista de bronce en los 400 metros planos de Barcelona 92 fue electa como una de los cuatro vicepresidentes de la IAAF, posicionando a Chile, Colombia y todo Sudamérica en un importante palco en el atletismo mundial. Un cargo más al currículum de la colombiana-chilena: también es la directora deportiva de Santiago 2023 y la secretaria general de la Fedachi. La esposa de Gert Weil, además, hizo historia al romper un paradigma, pues, es la primera mujer en ocupar un cargo tan alto en el organismo planetario. Se propone metas grandes, las que ahora, desde Qatar, repasa.
Es la primera mujer vicepresidenta de la IAAF ¿Cómo se lo toma?
Para mí es un gran honor, una responsabilidad, sobre todo por ser la primera mujer vicepresidenta de la IAAF, aunque estoy representando a todos, no solo a las mujeres. Siento que ahora tengo las herramientas y posibilidades para ayudar a que más mujeres lleguen a la dirigencia deportiva, que es un ámbito dominado por hombres.
¿Cuáles serán los principales ejes de su mandato?
Serán dos los principales. Uno es una fuerza de trabajo de equidad de género; estuve ahí trabajando fuertemente. Estamos capacitando y empoderando a mujeres para que tomen cargos de liderazgos. También pienso que es importante que comencemos a tener un mejor calendario deportivo. Ya tenemos uno, pero debemos potenciarlo mucho más para que realmente tengamos competencias de buen nivel y que nuestros deportistas no tengan que estar viajando siempre a Europa para disputar buenas competencias.
¿Qué le dijo Sebastian Coe?
Estaba contento. Quería que quedara alguien que fuese ex deportista. Fue muy cariñoso, me dijo que confiaba en que íbamos a trabajar muy bien juntos, así que quedé contenta con el espaldarazo que me dio.
¿Algo en concreto con las competencias o recién está dibujando el proyecto?
Bastante concreto. Precisamente el día de la votación me encontré con el CEO de la IAAF y se me acercó para decirme que debíamos trabajar en Sudamérica. Fue como si me hubiese leído la mente, porque también quería hablar de eso con él. Es en las competencias en lo que me quiero enfocar en estos primeros meses y me sentí muy contenta de que la IAAF esté tan alineada con Sudamérica. El CEO es ente ejecutivo; nosotros la parte directiva. Esto da un buen augurio, aunque sé que no será de un día para otro el cambio.
¿Se puede pensar en una fecha Diamond League de aquí a antes que termine su mandato?
Creo que sí. Necesitamos una Diamond League en Sudamérica y creo que Brasil en este momento tiene la madurez suficiente para organizar una y hay que potenciarlo. En Colombia necesitamos que haya muchas competencias que nos lleven a esa Diamond League, eso permitirá que los deportistas sudamericanos no tengan que salir del continente para tener buenas competencias.
¿Es duro salir del país a competir?
Sí. Es costoso, es difícil. Cuando era atleta siempre debía salir tres o cuatro meses, dejar a mi familia… Es un sacrificio muy grande. Es un desgaste muy grande, además. Imagina una mujer que fue mamá y quiere seguir compitiendo: para hacerlo, debe dejar al bebé en la casa, al cuidado de otros. Es duro y lo viví en carne propia.
¿Fue usted quien quiso lanzar su campaña u otros se lo propusieron?
Si no me lo hubiesen propuesto, jamás lo habría hecho. La dirigencia deportiva es tan masculina que una, como mujer, siente que no hay espacio para mujeres. Fue gracias a los cambios en la constitución de la IAAF, que impuso Sebastian Coe, que comenzaron a considerar a las mujeres. Fue el presidente de la Consudatle, Roberto Gesta de Melo, hace casi tres años se me acercó a preguntar si estaría dispuesta para candidatearme a estos cargos. También desde Colombia, Chile y Ecuador me ayudaron a conseguir los votos para ser electa.
¿Ser medallista olímpica la benefició?
Más allá de que en Sudamérica sea un ícono en el atletismo, para el resto del mundo yo no era nadie. En África, Asia o Europa nadie me conocía, por lo que poco a poco se tuvo que ir trabajando para conseguir esos votos.
¿Quiénes creyeron en usted?
Tuve un apoyo muy fuerte y cerrado de Asia. Me fui a una reunión asiática, estuve un día y medio conociendo a los presidentes y fue algo clave, porque me conocieron. A diferencia de Sudamérica, que tiene 13 votos, Asia tiene más de 40 votos. Y lo bueno es que Asia votó de forma cerrada por mí, lo que agradezco mucho, porque confiaron sin conocerme mucho.
¿Por qué?
Se dio que ellos no tenían candidata a la vicepresidencia, lo que fue una ventaja. Pero también creo que es porque Asia tiene muchos países pequeños, como nosotros, y se vieron representados. Si bien ahí está China, que es un gigante con recursos inimaginables, hay también países hasta más pobres que los de Sudamérica, por lo que seré la encargada de representarlos a ellos.
Su marido fue atleta y su hija mayor lo es ¿Cómo se tomaron ellos esta elección?
Gert (Weil) ya me trata de su excelencia, jajaja. Ahora viene viajando para disfrutar del mundial. Y ahora, cuando a él le entreguen la credencial, ésta dirá a "acompañante" y él se lo toma muy a broma, pero obviamente está orgulloso y ha sido un gran apoyo en todo este tiempo porque me ha tocado viajar mucho. Él sabe que ahora tendré que viajar más, pero es mi gran piedra de apoyo.
¿Y seguirá trabajando para en el Comité Organizador de Santiago 2023?
Sí, sigo ahí. Por este cargo solamente deberé ir a algunas reuniones, pero no tengo que dejar Chile. Estoy trabajando tiempo completo en el gran desafío que tengo, que son los Juegos Panamericanos Santiago 2023. Sigo como directora deportiva. De hecho, pienso que este cargo será un beneficio, porque me permitirá acercarme a los presidentes de las federaciones internacionales para pedirles que más deportes en los Panamericanos sean clasificatorios para los Juegos Olímpicos. Eso le daría más estatus a nuestros Juegos. En la Fedachi también seguiré como secretaria general.