El aciago empate 0-0 entre Perú y Chile no dejó a nadie contento, pues poco les ayuda en su ruta al Mundial 2026. Sin embargo, también sirvió para reflotar una vieja historia, cuando Ricardo Gareca fue recibido con canciones de Marc Anthony. ¿Pero qué tiene que ver el cantante estadounidense con el Tigre?

La historia data de hace casi 20 años y comenzó en Colombia, cuando el DT dirigía a América de Cali. Y la razón tiene que ver con que cada vez que sus jugadores escuchaban la música del salsero en el camarín, la derrota era casi segura.

Como el estratega es muy creyente de las cábalas, lo que para él tiene algún atisbo de mala suerte y no le gusta, simplemente lo borra de sus concentraciones. Por eso cuando estuvo en el cuadro del Rímac, estaba prohibido que los jugadores de la blanquirroja escucharan los temas, tanto en las concentraciones, entrenamientos, antes y después de cada partido que se juegue.

El entrenador fue consultado por dicho asunto en una entrevista previa al Clásico del Pacífico, pero Gareca mostró indiferencia y sorprendió con inesperada reacción. El seleccionador lo tomó con mucha gracia y hasta se animó a señalar que tiene mucha admiración por el cantautor estadounidense.

“Eso no tiene nada que ver, pero bueno simplemente respeto por un gran artista, esto es algo que excede a todo tipo de cuestiones, por lo contrario, mi admiración hacia él siempre ha sido. No tengo ningún problema con nadie”, declaró.

El verde

Otra de las grandes supersticiones de Gareca es el color verde. Para él, es sinónimo de mala suerte y no de esperanza. De hecho, sus pupilos no podían usar zapatos de ese color y ni ningún accesorio. Conocedores de esa manía, los peruanos desplegaron un completo plan. Así, por ejemplo, el bus que llevó a la Roja desde el aeropuerto Jorge Chávez hasta el hotel de concentración era de esa tonalidad.

Esto ocurrió también en el Estadio Monumental de Ate, donde los locales instalaron sillas y basureros verdes dentro del camarín chileno y el arquero incaico Carlos Cáceda saltó a la cancha con indumentaria de ese color, todo con el fin de atormentar al técnico.

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