En Universidad Católica no levantan. Luego de ganar el clásico universitario se pensó que el mal momento quedaba atrás en la precordillera, sin embargo, el elenco de Cristián Paulucci, en una semana, volvió a exponer todas sus falencias al caer ante Talleres en la Copa Libertadores y luego contra Deportes La Serena en el Campeonato Nacional. Los cruzados están en crisis, por más que en Las Condes intenten eludir esa cruda realidad. Están novenos en la tabla, con 12 puntos. Han ganado cuatro partidos y han perdido cinco. Al técnico argentino, quien coronó el tetracampeonato, se le acaba el crédito.
En la última semana, los estudiantiles no solo retornaron a las derrotas, sino que lo hicieron ante elencos que, a priori, se perfilaban como débiles. La escuadra argentina se encuentra en el lugar 13 de 14 en su zona de la competencia trasandina, con un triunfo, dos empates y seis derrotas. Es más, luego de vencer a los cruzados, perdieron por 5-1 ante Defensa y Justicia. Mientras que los dirigidos por Ivo Basay arribaron colistas a San Carlos de Apoquindo y salieron en el decimotercer lugar, tras ganar por 2-0.
En su momento, nadie objetó la renovación de Cristian Paulucci. Los números que hoy se le vuelven en contra, en ese momento eran incuestionables: el DT había conseguido un 89 por ciento de productividad entre el Campeonato Nacional y la Supercopa. Dirigió 15 partidos: ganó 13, empató en uno y solo una vez lamentó una derrota.. Levantó el rendimiento de un plantel que estaba alicaído luego del irregular proceso de Gustavo Poyet. Su continuidad significaba, además, que por primera vez en los cuatro años de títulos consecutivos, los de la franja seguirían con el estratega que los llevó a ser campeones. En los años anteriores, Beñat San José, Gustavo Quinteros y Ariel Holan partieron justo después de la coronación.
“La respuesta no es sencilla. Ya es una crisis, según el rendimiento. En los últimos años había sido óptimo. Tiene que ver con las curvas, que hoy son decrecientes. Existe un desgaste desde todo punto de vista. Primero, cognitivo, de mantener niveles de concentración tan altos. Eso es muy difícil, para todos, cuerpo técnico y jugadores. Y yo también creo que tiene que ver con el sistema de juego, que era mecanizado, pero no automatizado, que es muy diferente. Católica no tiene el presupuesto para renovar el plantel como lo hace River Plate y mantenerse en la cima. Le moleste a quien le moleste, a mí no me gusta el fútbol de la UC. Hay equipos entretenidos de mirar, como Colo Colo, La Calera, Ñublense. El fútbol, por esencia, es un espectáculo. Pero, más allá de eso, existe un desgaste congnitivo y físico. La intensidad parte elevando los niveles de concentración y de atención, que requiere la automatización”, opina Eros Pérez, campeón con los cruzados en 2005.
Le tomaron la mano
Desde la cuarta fecha, los cruzados vienen en caída libre. Apenas la victoria sobre la U les entregó un poco de alivio. Tras vencer por la mínima a Curicó Unido, sucumbieron frente a Palestino, Cobresal, Everton, O’Higgins, además de los mencionados Talleres y La Serena.
La fórmula que en su momento resultó exitosa, ahora es apuntada como predecible. “El ataque se transformó en algo muy evidente. Siempre yendo por fuera, buscando a Zampedri y como ya lo conocen el juego, bloquean la búsqueda del centro”, analiza, a modo de ejemplo, el ex volante de la escuadra de la franja Jorge Aravena.
Jorge Contreras, quien también integró exitosamente el mediocampo estudiantil, coincide con el Mortero. “Si estudias a la Católica, entiendes perfectamente como te va a atacar. Van Tapia y Fuenzalida por la derecha, en el sector izquierdo aparece Parot, porque Valencia se centraliza. A eso le pillaron la mano. Los equipos le tapan toda la circulación”, asegura.
Eso sí, ni Aravena ni Contreras se animan a dar por concluido el ciclo de Paulucci. “El año pasado le fue muy bien. Distendió el camarín e hizo jugar muy bien al equipo”, afirma el Mortero. El Coke extiende el mérito al cuerpo técnico. “Supieron resolver y aprovechar muy bien el cierre del torneo pasado. Siguen teniendo las mismas capacidades. Ahora es cuando deben sobreponerse”, declara.
Escasa inversión
Contreras repara, también, en otro aspecto que puede explicar la débil campaña cruzada: la escasa invesión en refuerzos. “Conociendo el modo de trabajar de la Católica, son muy mesurados, quizás no estaban las condiciones para traer jugadores que compitan a nivel internacional”, intenta explicarse.
En la misma búsqueda, se enfoca en el escaso aporte que han significado las nuevas caras. “Casi no se han utilizado los refuerzos. Hay un tiempo de adaptación. Es difícil poder hacer una comparación entre el año pasado y este, pero el error quizás es ese, seguir jugando de la misma manera”, concluye.