Yasmani Acosta está a solo minutos del combate más importante de su carrera. Uno que soñó durante toda su vida y que de seguro fue clave en su motivación de dejar Cuba y migrar a Chile. Su gran anhelo era llegar a estas instancias, algo que en la isla del Caribe era imposible: solo había espacio para un luchador y ese era Mijaín López, tetracampeón olímpico y su rival de esta tarde.
Esta entrevista se hizo antes de que Acosta viajara a Francia a disputar sus segundos Juegos Olímpicos, cuando la medalla de oro era solo un objetivo. Ahora, es más que una realidad. Solo seis minutos y el mejor luchador de la historia lo separan de aquello.
En la conversación no solo habla de alta competencia. Pero no solo habla de alta competencia. También se toma un tiempo para reflexionar sobre los cambios que se tienen que ir generando en el país para dar con una camada de luchadores de primer nivel y del sentimiento que tiene por la nación que lo recibió en 2015. A nueve años de su llegada asegura sentirse 100% chileno.
¿Qué cosas debe mejorar de cara a los Juegos Olímpicos?
Soy muy autocrítico y me gusta ser así porque me exijo cada vez más. La meta es entrenar bastante. Ojalá no regalar tanta ventaja, porque al estar mucho tiempo aquí en Chile, sin pareja de entrenamiento, son meses y meses que estoy en desventaja. En Cuba está Oscar (Pino), Mijaín (López), (Ángel) Pacheco, hay como cuatro o cinco personas de mi peso, donde entrenan diez meses con una pareja de entrenamiento, mientras que yo entreno tres. Esa diferencia no debería estar. Para poder lograr una medalla olímpica, para ganarle a los atletas que tienen mucho nivel, tengo que estar al 100%, no puedo estar regalando mucha ventaja.
¿Qué tiene Cuba que permite tanto desarrollo en la lucha grecorromana?
No solo en la lucha, sino que en todos los deportes. Con pocos recursos hacen que el deporte brille. Tienen una especie de pirámide bien hecha, que comienzan con las escuelas de iniciación deportiva. Les dan becas de alimentación y hospedaje a niños desde los ocho años. Son niños que entrenan todos los días, mañana y tarde. Por eso adquieren desarrollo deportivo a tan corta edad.
¿En Chile ha cambiado el desarrollo de la lucha desde su llegada?
Es difícil lograr desarrollar el deporte como uno quiere, de corazón y no solo vender humo. Hay que hacer escuelas deportivas sí o sí, no hay forma de que el deporte crezca sin eso. A veces me acuesto en la cama mirando el techo y analizó por qué Cuba con menos recursos adquiere más desarrollo en el deporte y creo que va por ahí. Hay niños que nacen con talento, pero la mayoría tienes que crearlo y desarrollarlo. México, Perú y Colombia vienen haciendo esas cosas y Chile no se puede quedar atrás.
¿Reflexiona mucho sobre lo que le va pasando?
Siempre que tengo un desafío, me vaya bien o mal, estoy pensando en cómo hacerlo mejor. Muchas veces gano una competencia y pienso en cómo podía haberla ganado más rápido, o con más tranquilidad. Siempre hago la reflexión. Cuando pierdo, mucho más.
¿Piensa aún en Tokio 2020?
Son momentos que no se olvidan nunca. Muchas veces cuando estoy entrenando, corriendo, agotado, a punto de parar, pienso en esos momentos que me han dolido bastante. Busco relacionarlo todo a la competencia. A mí no me gusta correr, entonces cuando corro y empiezo a dudar si seguir, me digo que si paro pierdo un combate. Eso me lleva a dar un extra. Me pongo esas metas y eso es lo que me ha ayudado a mí a dar el máximo en cada entrenamiento
¿Se siente 100% chileno?
La verdad es que sí. Ahora sí soy chileno, más que tú (risas), Me siento muy bien aquí, es un país que me ha acogido. Es duro lo que voy a decir, pero después de los Juegos Panamericanos mi percepción ha cambiado bastante. Antes era 50% cubano y 50% chileno, pero después de sentir tanto cariño y tanto amor, la verdad me siento 100% chileno. Fue una locura, los Juegos fueron una locura, el público chileno es el más loco.
¿Alguna vez le han hablado otros atletas cubanos para saber del país?
La verdad que sí, muchas personas te preguntan para que le digas cómo lo pueden hacer. Es duro. Muchas personas también no lo dicen, toman la decisión nomás, porque si en Cuba se enteran de que quieres quedarte te pueden dejar sin viajar. Diría que la mayoría lo hace así, solamente le cuentan a su familia, su gente más cercana.
¿Qué tiene Chile que llama la atención para venirse?
Es un buen país para desarrollarse, pero los chicos se quedan en muchos países. España, Alemania, Ecuador. Todo va porque tienen un sueño y una meta, que es la de salir adelante, brillar un poquito más en el deporte, ayudar a la familia, crecer más personalmente. En Cuba es difícil por la situación económica que estamos viviendo.
Imagino que en Cuba se debe hablar de esto...
Pasa y siempre existe la duda de que alguien del equipo se pueda quedar o no. Lo que uno habla con sus compañeros y lo que los entrenadores le dicen a sus atletas es que al menos compitan, que no dejen solo al equipo. Tú puedes tomar la decisión que tú quieras, pero al menos compite.