“Cuando nos hacen un gol entramos en una desesperación, un nerviosismo que no podemos controlar. Empezamos a jugar distinto, no controlamos emociones. Es un tema anímico, de presión, que no podemos darlo todo”. Así explicó Gustavo Quinteros lo que sucede con los jugadores de Colo Colo, que hoy tienen al descenso respirándoles en la nuca y con los barristas visitándolos en el Monumental para increparlos y pedirles más actitud, como sucedió este viernes tras la práctica. Sin embargo, esa sensación de no poder reaccionar ante el panorama adverso es común en equipos grandes que no están acostumbrados a estar en esa situación.

Uno de los casos más emblemáticos en el fútbol chileno es el de Universidad Católica. Los cruzados descendieron en 1955, un año después de haber sido campeones. Luego, en el verano de 1974, perdieron la categoría nuevamente, con un plantel que tenía en sus filas a Arturo Salah, a Luis Hernán Carvallo, Enrique Enoch, a Santiago Oñate y Julio Crisosto, entre otros. Este último era la gran figura y seleccionado chileno. Sin embargo, jugó poco, porque entremedio se fue a fichar por el Panathinaikos griego, pero su fichaje se frustró y regresó a la UC en las últimas fechas del prolongado torneo de 1973.

El llanto de Arturo Salah tras el descenso de la UC. FOTO: Revista Estadio

“Volví de Grecia para los últimos partidos. Recuerdo ver a la gente llorando en el arco norte en Santa Laura y gritando por qué tenían que vivir eso. Me dio mucha pena esa imagen”, recuerda hoy, a los 70 años.

El exdelantero confiesa que convivir con la amenaza del descenso es algo muy complejo. “Uno no puede dormir tranquilo, entra a la cancha nervioso y pensando que puede salir todo mal. A veces, jugábamos bien y no ganábamos, entraba la desesperación y el nerviosismo. Nos influyó mucho que éramos jóvenes”, sostiene.

Ese mismo 1974, ya iniciando la temporada, Crisosto fichó en Colo Colo y se consagraría goleador del torneo. Sobre los albos dice: “Yo soy hincha cruzado, pero a mí no me gustaría que Colo Colo cayera a la B, porque ahí pasé momentos muy lindos”.

En enero de 1989, la U bajó por primera vez en su historia, aunque a diferencia de los albos, la situación nunca fue tomada en serio. “Colo Colo ha estado en el fondo de la tabla durante casi todo el campeonato. En cambio, nosotros solo en las últimas semanas nos vimos cerca, pero nunca pensamos que bajaríamos. Hasta casi el final pensábamos que podíamos llegar a la liguilla de Copa Libertadores. Sin embargo, nosotros jugábamos pensando en que se iban a dar otros resultados. Si se lleva a lo de Colo Colo, ellos no pueden seguir pensando en que se van a dar otros resultados o que los rivales se van a caer. Le encuentro toda la razón a Quinteros al hablar de esas sensaciones. Es anormal que estén peleando ahí”, apunta el exdefensa Horacio Rivas.

En los últimos años, ha habido casos emblemáticos, como los de River Plate, Alianza Lima y América de Cali. Este último elenco descendió por primera vez en su historia en 2011, tras enfrentar una temporada llena de problemas internos y externos.

El descenso de América de Cali.

“A los jugadores del América les debían plata, no les pagaban los sueldos y eso hacía mella en la psiquis de los muchachos. Ellos concentraban y estaban comiendo, pero sus familias, a lo mejor no”, detalla Álvaro Aponte, técnico de la escuadra escarlata en gran parte de esa temporada.

El DT agrega que “la amenaza del descenso afecta mucho en lo personal y en la interna de las familias de los futbolistas”. “Nosotros tratábamos de hablarles mucho y teníamos un psicólogo deportivo que estaba pegado a ellos, pero no fue nada fácil. Cuando estuvimos nosotros, estábamos cumpliendo el objetivo de alejarnos del descenso, pero, por cosas administrativas, terminamos saliendo y el cuerpo técnico que llegó después terminó descendiendo”, cierra.

Con ese miedo en el cuerpo y la palabra descenso sin salir de la cabeza, Colo Colo afronta, ante Unión Española, una nueva final mientras se abrasa en el último lugar de la tabla.