Iván Zamorano (54) fue el último capitán de una selección chilena colectiva que logró clasificar a los Juegos Olímpicos. Bam Bam, quien reforzó a ese combinado de fútbol dirigido por Nelson Acosta, junto a Pedro Reyes y Nelson Tapia, fue clave en la obtención de la medalla de bronce del certamen que se realizó en Sídney 2000. Fue goleador con seis anotaciones, en cinco duelos disputados. “Esa medalla, la bota de oro de esa Olimpiada, están en un sitio muy importante de mi casa. Feliz de poder haber participado. Hay buen equipo, a ver si se traen una medalla”, dice el retirado futbolista.
Desde Miami, en su hogar, el exdelantero vio el partido frente a Camerún, que se jugó en Turquía. Accede a repasar con El Deportivo la clasificación de la Roja Femenina. Solo responde preguntas sobre la proeza del equipo de Letelier, a través de audios de WhatsApp.
Zamorano no se sorprende con la clasificación del equipo de Letelier retornará este viernes a Chile. “No me sorprendió para nada la clasificación. Esta generación femenina que va a los Juegos Olímpicos viene trabajando bien hace muchísimo tiempo. José (Letelier) ha hecho un trabajo y una proyección muy importante para todas”, dice. “Esta generación ya se está transformando en una generación importante, en una generación que está marcando un rumbo hacia cumplir objetivos. Poco a poco se están transformando en una generación histórica”, agrega.
El ex delantero de Colo Colo valora la mancomunión que se ha logrado en el equipo al momento de disputar duelos transcendentales. “Hay varias jugadoras, es un equipo muy sólido. Todas guerras, luchadoras, todas se ponen al servicio del equipo”, advierte. Sin embargo, no guarda elogios para Endler: “Cuando uno destaca liderazgo pone en primera línea a Endler. Cumple un rol súper importante, súper protagónico, de liderazgo. Es la capitana indiscutible de esta Selección. Juega en Europa y esa competitividad la hace destacar sobre la responsabilidad que debe tomar en un equipo como la Selección. Si hay que destacar a alguien, destaco a Endler”.
Y que la Roja vuelva en un deporte colectivo a los Juegos Olímpicos tras casi 21 años no deja de ser tema. “Ha pasado mucho tiempo, pero siempre hay un periodo de adaptación a lo que significa aportar en eventos importantes. Me parece que a pesar que fue bastante tiempo de espera, es una alegría y una satisfacción inmensa que un equipo se meta en unos Juegos Olímpicos. Es un orgullo para todos nosotros. Es un honor que Chile femenino participe en los Juegos Olímpicos” dice.
Lo cierto es que para el que también alguna vez defendiera al Inter de Milán disputar los Juegos Olímpicos está dentro de los grandes hitos de su carrera. Lo pone al nivel del Mundial, que jugó con la Roja en Francia, en 1998. “Los Juegos Olímpicos para un deportista viene siendo una alegría y un honor participar. Junto a la copa del mundo, son dos hitos maravillosos que uno como deportista puede llegar a disputar. Tener medalla de bronce en unas olimpiadas no es fácil. Y haberla logrado para mí siempre la tendré en el recuerdo de mi corazón. Ser el goleador de esos Juegos Olímpicos de Sídney 2000, participar con chicos menores a 23 años que tenían un futuro tremendo, una proyección extraordinaria, fue realmente un sueño. Siento que fueron momentos inolvidables. Las chicas van a poder cumplir la meta de jugar uno de los dos hitos más importantes a nivel del fútbol como es unos juegos olímpicos.”, reconoce.
Zamorano recuerda las funciones que debió cumplir en Sídney 2000. No tan solo tuvo que anotar goles sino también liderar a un grupo de jóvenes que ya destacaban pese a su corta edad, como David Pizarro y Rodrigo Tello. “La experiencia siempre es importante, en todo sentido. Cuando uno tiene muchos años jugando al fútbol, a alta competitividad a nivel internacional durante mucho tiempo, es parte fundamental de poder conseguir metas u objetivos en campeonatos como los Juegos Olímpicos. En ese instante, éramos tres los mayores: Pedro Reyes, Nelson Tapia y yo. Todos pusimos un granito de arena para que los chicos se sintieran cómodos, se sintieran liberados de esa responsabilidad y estábamos todos conscientes que teníamos el equipo suficientemente competitivo para poder ganar esos Juegos Olímpicos. Creo que fuimos el mejor equipo, merecimos la de oro, pero nos llevamos una de bronce y eso es indudable que es importante para Chile”, cierra.