Si Colo Colo no consiguió sumar de a tres en el clásico ante la Universidad Católica, fue porque Sebastián Pérez así lo quiso. El meta fue el punto más alto de su escuadra en el duelo ante los albos, ahogándole en varias ocasiones la conquista con la que su adversario estuvo cerca de adelantarse en un partido que, finalmente, terminó sin goles en San Carlos de Apoquindo.
No es que el compromiso haya carecido de chances para abrir el marcador. De hecho, fue el conjunto visitante el que tuvo las más claras. Pero Zanahoria, como en todo el cotejo, demostró el por qué en la precordillera decidieron ficharlo para que compitiera, al momento de su arribo, con Matías Dituro, antes de que el transandino partiera al Celta de Vigo de España.
El ex portero de Deportes Iquique le puso candado a su valla desde el arranque. Fue en el amanecer, en apenas los 4′, que le sacó un disparo a quemarropa a Gabriel Costa. El extremo recibió un pelotazo largo de Matías Zaldivia y quedó en buena posición de remate. Sin embargo, Pérez ocupó su hombro izquierdo para evitar la ventaja alba. Una tapada que, tomando en cuenta que todo terminó sin goles, perfectamente pudo haber cambiado el panorama de la jornada.
Imbatible
El viñamarino simplemente estuvo imbatible. Por ejemplo, en los 20′, cuando Martín Rodríguez centró desde el sector derecho y Costa se impuso en el área para conectar el balón con un testazo que Zanahoria capturó sin mayores problemas. Dos minutos más tarde, voló para impedir que el mismo delantero convirtiera mediante tiro libre.
No solo estuvo atento bajo los tres postes. También lo hizo cuando tuvo que salir. En los 30′, Costa habilitó con un gran pase a Iván Morales, quien, pese a correr a toda velocidad para intentar alcanzar la pelota, no consiguió ser más veloz que Pérez, quien, además, siempre sacó la voz cuando tuvo que ordenar a sus compañeros.
Al arquero se le continuó exigiendo en el complemento, aunque sin el mismo peligro que en el primer lapso. Algo que ocurrió también debido a que el Cacique no tuvo una de sus tardes más finas. Zanahoria, por su parte, volvió a cumplir y, de paso, hace que en Las Condes ya comiencen a olvidar a Dituro. En San Carlos, el pórtico está en buenas manos.