“Fuerza Milan. ¡Hasta siempre!”. Esas fueron las últimas palabras de Zlatan Ibrahimovic en el estadio San Siro. Minutos antes y frente a un estadio repleto anunciaba que su exitoso paso por el fútbol había concluido para siempre. Sí, el sueco se retira. La salida del equipo de sus amores sirvió para que el artillero tomara la decisión, pese a que muchos creían que seguiría su carrera con otros colores. Ofertas no le faltaban. Ni siquiera que una grave lesión le permitiera jugar solo jugar 144 minutos con los rossoneri disminuían el interés en sus servicios.
“Es el momento de decir adiós”, aseguró, con esa convicción que le caracteriza. Hubo lágrimas, que no solo brotaron de sus ojos, sino también de los de la fanaticada que le brindó homenajes desde antes que se iniciara el encuentro ante el Hellas Verona. Y no era para menos pues Ibrahimovic -desde que regresó, en 2020- jugó 163 partidos, anotó 93 goles y salió campeón de la Serie A el año pasado.
El 22 de mayo de 2022 cambió su destino. Tras lograr la liga para los rojinegros, luego de 13 años de frustraciones, el escandinavo anunció que se operaría de la rodilla derecha y que su intervención lo tendría ocho meses fuera del campo de juego. Fueron casi nueve, porque el 26 de febrero pasado volvió contra contra el Atalanta, jugó cuatro partidos seguidos y hasta mojó la camiseta de su selección. No obstante, la rodilla volvió a fallar y no volvió a vestir de corto.
Eso sí, mientras Zlatan estuvo en cancha, la gloría siempre lo acompañó. Todo comenzó en el Malmö, el 19 de septiembre de 1999. Luego pasó al Ajax, en julio de 2001. Luego, con un nombre ya formado, lo ficharon la Juventus y el Inter.
Su gran rendimiento en Italia le permitió dar el salto al Barcelona por 46 millones de euros, pero nunca encajó en el once catalán y apareció el que se convertiría en su gran amor: el Milan. El 11 de septiembre de 2010 juega por primera vez con esa tricota y el 11 de mayo del año siguiente levanta su primer Scudetto.
Doce meses después. se va al París Saint Germain. En Francia se aburrió de dar vueltas olímpicas. En 2016, se marcha al Manchester United y luego ayuda a que el fútbol se hiciera popular en Estados Unidos firmando por Los Ángeles Galaxy.
El Milan siempre estuvo en su corazón. Y el 27 de diciembre de 2019 comenzaría su segunda y definitiva etapa en dicha institución, la misma que lo despidió este domingo con un pasillo de campeones y que le permitió despedirse como lo debe hacer un ídolo: en su cancha, con su gente y con 573 goles oficiales.
No había otra forma para tributarle. Ibrahimovic deja un legado invaluable: cuatro campeonatos italianos -dos con Milan (2011-2020) y dos con Inter (2008 y 2009)-, tres Supercopas de Italia, cuatro campeonatos en la Ligue 1 con el PSG, dos Copas de Francia y tres Supercopas de Francia, entre tantas otras cosas que consiguió.
También obtuvo una Europa League con el Manchester United (2017), un Mundial de Clubes con el Barcelona el 2009 y una Supercopa de Europa el mismo año. Por si todo eso fuera poco, recibió el Premio Puskas de la FIFA (2013) por un su golazo contra Inglaterra el 2013 y participó de 122 partidos con la escuadra de su país, dónde fue a los Mundiales de Corea-Japón 2002 y Alemania 2006. Un crack de época.