Emprendimiento

Este emprendedor colapsó por estrés. Así puedes evitar que te pase lo mismo

Aunque su emprendimiento Circular ya no existía, Jorge Nova no podía soltarlo. El costo fue alto: una salud quebrada y una dura lección sobre bienestar y fracaso que hoy transforma en consejos útiles para otros emprendedores.

El 22 de abril de 2025, Jorge Nova escribió una de las columnas más íntimas de su newsletter Pichintún.

Un año antes todo parecía ir bien: un buen trabajo, un emprendimiento, la familia. Pero algo se estaba incubando tras bambalinas. “Estaba a punto de ceder ante el agotamiento de mi ‘yo’”, confesó.

Un dolor abdominal lo llevó de urgencia a una clínica, convencido de que algo dentro suyo estaba a punto de explotar.

Circular, el emprendimiento que fundó para reutilizar bolsas de papel, ya no tenía ingresos ni usuarios. “Era como la máscara de una empresa que una vez tuvo un gran propósito”, escribió Nova. Pero él no podía dejarla ir. El apego al proyecto, el miedo al fracaso y la necesidad de validación externa lo mantuvieron atado a un negocio que, en los hechos, ya no existía.

En conversación con Hub Emprende, Nova profundizó sobre ese momento: “Así como lo decía en mi newsletter, creo que llegué hasta ese punto de estar mirando el techo en urgencias, en parte por no haber sido capaz de darle fin a algo que ya estaba medio muerto. Eso tiene que ver con enamorarse de la solución, con el miedo a fracasar y con no querer que los demás piensen que uno es un fracaso solo porque su empresa falló. Es, principalmente, una mezcla de todo eso”.

Su colapso no fue metafórico: su cuerpo habló donde la mente no quiso mirar.

Una empresa muerta que no sabía enterrar

“Intentábamos hackear los residuos de un solo uso con diseño, tecnología y logística”, explica Jorge sobre Circular, la startup que fundó. El primer servicio consistía en recolectar bolsas de papel en casas y venderlas a empresas como Cornershop o Walmart. Tuvieron alianzas, clientes, y abrieron un mercado que parecía prometedor. Pero con el tiempo, las operaciones se detuvieron y los ingresos desaparecieron.

Jorge Nova durante el funcionamiento de Circular.

Aunque la empresa ya no funcionaba, él no lograba cerrar el ciclo. “Seguía enamorado de la solución, con una familia a cuestas y con la sensación de haber fracasado”, escribió en su newsletter Pichintún. Circular era un recuerdo con peso real: ocupaba espacio mental, energía emocional y tiempo que no tenía sentido seguir invirtiendo. Pero rendirse también era reconocer públicamente una derrota.

Durante ese tiempo, las señales del cuerpo comenzaron a escalar. “Sentía que tenía una bomba que iba a explotar dentro de mi abdomen”, recuerda Jorge ahora.

Sospechó de una apendicitis, o algo peor. “Pensé que podía ser algo como lo de mi madre”, dice, aludiendo al cáncer que terminó con su vida. La inflamación, el dolor físico, la ansiedad constante: todo parecía real y urgente.

Pero los exámenes no arrojaron nada. Nada físico. “Solo era estrés, venía desde la cabeza”, le dijeron en la clínica. Y mientras miraba el techo del box de urgencias, entendió por primera vez que su cuerpo estaba hablando por él. Que sostener un proyecto muerto había terminado por reventarlo por dentro.

El cuerpo de un emprendedor no miente

Estrés, estrés, estrés. Jorge se preguntaba cómo podía ser ese el diagnóstico. Se consideraba una persona sana, tranquila. “En bienestar conmigo mismo”, dice a Hub Emprende.

Acostado en la camilla de urgencias entendió que postergar decisiones difíciles, como cerrar Circular, había sido una forma silenciosa de dañarse. Lo que no se resolvía con palabras, se manifestaba como dolor.

Así reflexiona hoy Jorge nova: “Creo que llegué hasta ese punto por miedo a fracasar, a no querer que los demás crean que uno es un fracaso solo porque tu empresa falló”.

Aceptar el fin no solo implicaba soltar la empresa, también significaba exponer una parte vulnerable de sí mismo. “Darse a conocer como una persona sensible, mostrarse en el fracaso, creo que es muy importante”, afirmó.

Sin aspirar a dar recetas universales, Jorge entrega consejos simples pero poderosos: “Ponerle atención a eso que está pasando dentro de tu cabeza y escuchar a tu cuerpo, más allá de que suene un poco hippie”.

Insiste en que ningún dolor, físico o emocional, debe volverse parte del paisaje. “Eso siempre debemos tratarlo”.

También hace un llamado a mirar el fracaso con otros ojos. “En otras culturas más evolucionadas esto se ve como experiencia. Hay que perderle el miedo a fallar, a cerrar los negocios”, dice. Para él, las enseñanzas que emergen del cierre son tan valiosas como los logros del inicio. “Si eso no le hace bien a tu salud, a tu entorno, a tu familia, siempre va a ser un buen momento para dejar atrás ese proyecto”.

Puedes seguir las ideas y proyectos de Jorge Nova en su newsletter Pichintún.

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