Si se analiza solo desde lo numérico, la de Chayanne y Chile es una relación exitosa y duradera. Desde aquella primera presentación en 1987, con una fecha doble en el Casino de Viña del Mar cuando aún no cumplía 20 años, el puertorriqueño ha ido sumando con el tiempo nuevos hitos que confirman su vigencia entre el público local.
Y mientras otros colegas del pop latino van a la baja, el hombre de Provócame parece incombustible, y esta noche inicia una serie de seis nuevos recitales en Chile, cinco en el Movistar Arena (dos de ellos ya agotados) y dos en regiones, para reunir a más de 70 mil personas solo en Santiago. Con esto, el solista, que ya acumulaba 47 presentaciones en el país, superará la barrera de los 50 shows, para totalizar 54 (ver infografía). Con tal estadística, se convierte en uno de los números de mayor presencia en recintos nacionales. Pero no todo son cómputos. Aquí va el otro costado; sus historias en el país.
Michael Jackson latino
Con ese cartel llegó Chayanne por primera vez a Chile, en 1987. Con 18 años y tres discos -luego de sus inicios con el grupo juvenil Los Chicos-, el cantante realizó dos presentaciones en el Casino de Viña del Mar y la respuesta fue tal que de inmediato fue fichado para el Festival de la Ciudad Jardín del año siguiente. Acompañado por "un ballet de seis jovencitas", según las crónicas de la época, y por su mánager de entonces, el fallecido Gustavo Sánchez (quien años después sería jurado de Mi nombre es, de Canal 13), la versión latina del Rey del Pop conquistó por primera vez a Chile con sus baladas y sus éxitos bailables interpretados con llamativa energía.
Energía desbordada
Conocido es el vínculo entre Chayanne y el Festival de Viña, certamen por el que ha pasado siete veces -en ocasiones con más de un show en cada edición- y para el que siempre figura como candidato, incluyendo la próxima versión de 2019 (aún existen acercamientos para lograr su fichaje). Pero pese al paso del tiempo, las imágenes de sus primeros shows en la Quinta Vergara, en 1988, siguen siendo imborrables, sobre todo por su desbordado entusiasmo. La postal más recordada es la del boricua escalando la torre de iluminación, para luego subirse a una cámara y seguir cantando desde allí, ante un "Monstruo" descolocado.
Pamela Hödar, animadora de ese año, fue víctima de la euforia del cantante, quien la abrazó tras recibir las Antorchas. "Una de sus pulseras se enganchó en una de mis extensiones, y para que no saliera en televisión con un mechón de mi pelo colgando en la mano, lo empujé hacia fuera de pantalla. Al día siguiente me mandó flores", contó la hoy concejala de Viña a La Tercera.
Salvando al Festival
Si bien hace varios años que trabaja con el mismo promotor local para coordinar sus visitas a Chile, hay consenso dentro de la industria local al definir al puertorriqueño como una de las figuras más cálidas del pop latino. Todo lo anterior quedó demostrado en febrero de 2002, cuando los organizadores del Festival de Viña debieron lidiar con una alerta roja: Rod Stewart, encargado de actuar en la clausura, se bajaba de la cita por diferencias económicas. Allí apareció entonces Chayanne, quien salvó al Festival del naufragio y reemplazó al británico aquella noche. Bastaron solo un par de horas para convencerlo, con los organizadores de la cita ofreciéndole de todo para que aceptara. Y, como siempre, el hombre de la sonrisa eterna dijo sí.