Además de los $32.851.438.341, el balance de la Teletón 2018 deja como protagonista, otra vez, a Stefan Kramer. Su comentada rutina del sábado en el Estadio Nacional, en la que parodió al Presidente Sebastián Piñera y deslizó críticas al manejo del gobierno frente al conflicto en La Araucanía, generó distintas reacciones y algunos cuestionamientos, como los que expresó ayer Cecilia Morel.
En entrevista con Radio Sago, la Primera Dama señaló que "no lo hemos visto (la rutina), me lo han comentado distintas personas, en el sentido de que yo creo que la figura de los presidentes hay que respetarla. Indudablemente el humor en todos los países existe y es importante, pero hay un límite, una línea que se llama respeto".
Antes, la jefa de gabinete del Mandatario, Magdalena Díaz, tildó el espectáculo de "lamentable" en su cuenta de Twitter, mientras que el propio Piñera, al ser consultado ayer sobre el tema durante una actividad, sólo contestó: "Me quedo con el buen resultado de la Teletón". Por su parte, Don Francisco dejó entrever su malestar con el show y aseguró desconocer lo que presentaría el imitador.
Quien sí estaba al tanto de los detalles de la rutina es Álex Hernández, director de la transmisión del cierre de la Teletón. "Sí, conocía la rutina, porque ensayamos lo que iba en el escenario y la sentí muy buena. A nivel de contenidos no existe censura", señala a La Tercera, y especifica que el espectáculo de Kramer se ensayó dos veces, el viernes y el sábado.
Sobre los cuestionamientos que generó la presentación, Hernández señala: "Creo que las rutinas de Kramer son buenísimas. La gente las disfruta mucho y por eso en el estadio se escuchaban las risas de todos. Yo siempre lo he admirado muchísimo". Y agrega: "Lo que hizo Kramer fue una rutina humorística. Él hace una colaboración en un programa que pretende unir a la familia chilena".
Y aunque llamó la atención que tras su show el imitador dejara el escenario del Nacional sin recibir el "Corazón de Chile", galardón que se entrega a todos los artistas de la Teletón, el director aclara que "la rutina terminaba con él [Kramer] saliendo del estadio, mientras lo perseguían entre todos. Así era el final".
