Alison Mandel arribó sola a la Ciudad Jardín, pero el viernes llegaba su marido, Pedro Ruminot, y sus amigos, los también comediantes Felipe Avello y Edo Caroe, para acompañarla en la que será esta noche su primera participación en el Festival de Viña del Mar. Asegura que ha dormido poco, porque "tengo un mix de emociones". Y aunque le ha costado conciliar el sueño, la noche del último miércoles se negó a ver la rutina de Jenny Cavallo. "Lo ideal es no ver a tu colega antes de actuar, porque dan muchos nervios. Vi un poco, eso sí, y siento que no tenemos ningún tema similar. Jenny Cavallo habla sobre ser mamá, y yo solo tengo gatos. No nos topamos ni tenemos nada muy parecido", reflexiona.
¿De qué habla su rutina?
Mi rutina es muy auténtica, muy mía. Viene de relatos de cosas que realmente me pasan. Tienen mucho de las relaciones interpersonales con mis amigas, con mi mamá, tener entre 30 y 40 años y tener la presión social de que todavía no eres mamá. Tiene mucho que ver con lo cotidiano y con lo que realmente me está pasando.
¿Cuánto la preparó?
Desde que me bajé de Olmué el año pasado hasta ahora ha sido una gran preparación. La rutina está lista hace unos seis o siete meses. De ahí, lo que ha pasado, es que la hemos ido corriendo, o moviendo según el recibimiento del público. Pero no hemos cambiado nada del contenido. Mi metodología de trabajo es así, porque yo soy súper estructurada, así que no he cambiado nada. Sé que hay comediantes que están súper atentos a la actualidad, para meter cosas nuevas. Pero a mí no me sirve eso.
¿Le interesa hablar de contingencia o política?
No es mi estilo. Para Olmué no lo hice, y en los programas en los que he estado, tampoco. Y eso que vengo de una familia muy política. A mí no me queda gracioso.
¿Cuánta importancia tiene que de los seis humoristas, tres sean mujeres?
Lo que me gusta de eso es que se abrió una puerta y espero que no se vaya a cerrar. Somos muchas mujeres haciendo comedia hace mucho tiempo, y sé que hay miles de mujeres talentosísimas, y quiero que ocupen todos los escenarios. Está la Belenaza, la Pame Leiva, y muchas otras. En la cartelera hay un equilibrio, y por eso me alegra que esta puerta se abriera con Natalia (Valdebenito) y que no se cierre nunca más.
¿El stand up es una moda?
Hay mucha gente haciéndolo, lo que genera que existan muchos shows y variedad. Desde el inicio de El club de la comedia, hace unos diez años, ya existía el stand up. Pero para mí, lo que hace Coco Legrand también lo es.
¿Qué opina de las críticas que dicen que el humor femenino solo apunta a hablar de los hombres?
Se han subido tres mujeres a la Quinta Vergara a contar chistes, como en 50 años, y la gente no está acostumbrada a escuchar nuestro punto de vista de las cosas. Finalmente, el tema marido y mujer, lo tocan todos los comediantes, pero escucharlo desde una mirada femenina, la gente lo siente como una novedad.
¿Algún favorito de los colegas que han pasado por Viña?
Acá soy poco objetiva, porque soy fanática de mis amigos, de Caroe y de Pedro, obvio. Pero si tengo que elegir un solo favorito máximo, digo Dinamita Show el 96. Insuperable.