A no engañarse con Becky G. Pese a sus 21 años y a una discografía que se reduce a un solo EP (Play it again, 2013), la estrella femenina de la música urbana lleva más de una década en la industria del pop, a la que entró a los nueve años y luchando contra los prejuicios. Por lo mismo, a Rebbeca Gómez ya no le vienen con cuentos: acaba de demandar por US$100 millones a su exproductor, Dr. Luke, y tiene clarísimo en qué cosas no va a transar y qué otras no puede rechazar. Ente éstas últimas, un llamado de Don Francisco.
"Me dijo 'quiero que seas parte de la Teletón, por favor'. Y obviamente, cuando, el Don te pregunta, tienes que venir", explica la cantante californiana de padres mexicanos, intérprete de algunos de los mayores éxitos del reggaetón del último año y medio, como Mayores y Sin pijama . Temas que impulsaron su giro al pop en español y que sonarán esta noche en el Estadio Nacional. "Cuando empecé a cantar en español fue un gran miedo porque no es mi primer idioma. Pero tenía que hacerlo, son mis raíces, mi inspiración, algo con lo que como artista no puedes mentir. Muchos me dijeron que no lo hiciera, que una mujer no tenía nada que hacer en la música urbana. Y mira ahora", dice la jurado del próximo Festival de Viña, para el que adelanta "algo especial".
Siendo mujer y latina, ¿fue difícil entrar al negocio de la música en EE.UU.?
Leslie Grace, Natti Natasha... todas tenemos nuestra historia para llegar a donde estamos. Trabajar en esta industria no es fácil y yo empecé a los 9 años, no como pasatiempo sino que por la necesidad de ayudar a mi familia. Cuando firmé por primera vez con una disquera, a los 14 años, fue algo muy interesante porque siempre fui la única mujer, la única latina y la más jovencita en cada pieza la que entraba. Siempre sentí que tenía que encontrar mi lugar y así fui aprendiendo a que como artista uno tiene el derecho a decir lo que quiere.
¿Con el éxito siente que ha ganado más autonomía en sus decisiones artísticas?
A mí me encanta aprender pero también he aprendido a usar mi voz y a asegurarme que están escuchando. Ya pasé mucho tiempo de mi carrera como pasajera y no como la jefa. Yo era muy joven, confiada con la gente, pero ahora encontré un equipo que me da libertad y que entiende mi derecho como artista y como mujer a hablar de mis ideas.