Antes de Harvey Weinstein, del movimiento "Me Too" y de que la industria del entretenimiento se viera envuelta en escándalo tras escándalo de abuso sexual, existió Bill Cosby. El comediante y actor, uno de los rostros más poderosos, influyentes y, hasta hace no tanto, queridos de la pantalla estadounidense, comenzó a caer en desgracia en los últimos años, cuando se comenzaron a hacer públicas decenas de acusaciones, sobre hechos que habrían sucedido entre 1965 y 2008, los que revelaban que Cosby abusó y acosó sexualmente, y en varios casos violó, a cerca de 60 mujeres a lo largo de su carrera.
La mayoría de las denuncias establecía un modus operandi común: Cosby se reunía en privado con mujeres, la mayoría de ellas actrices o modelos, y las drogaba con algún sedante para posteriormente abusar de ellas.
Con la mayoría de los casos haciéndose públicos en los últimos cuatro años, buena parte de los delitos que se le imputaban ya habían prescrito, y por ende Cosby no podía ser enjuiciado legalmente. Pero una de sus denuncias sí llegó a una corte: el caso de Andrea Constand, una ex empleada de la universidad Temple en Pensilvania (la casa de estudios de Cosby, a la que siguió ligado durante su carrera) que aseguró que el comediante la drogó y abusó sexualmente de ella en 2004. El juicio sobre esa acusación se realizó en junio del año pasado, pero terminó con un jurado dividido que no pudo acordar un veredicto, y el juez de la causa terminó declarándola nula. Los abogados querellantes y la víctima aseguraron que llevarían el caso nuevamente a juicio, pero el traspié resultaba un fuerte testamento de lo compleja que podía resultar una figura tan poderosa como Cosby, y el futuro del caso parecía desvanecerse.
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Andrea Constand, la mujer que denuncia a Bill Cosby por abuso sexual. Foto: AP Photo/Corey Perrine.[/caption]
Entonces explotó el caso Weinstein y otros centenares de denuncias de abuso y acoso en contra de distintas figuras en el mundo del entretenimiento. El movimiento Me Too se alzó y el clima social comenzó a buscar una postergada reivindicación de los derechos de las mujeres. Así, muchos comenzaron a preguntarse si el nuevo contexto afectaría el resultado del nuevo juicio (por el mismo caso) que comenzó contra Cosby hace dos semanas. Y así fue.
Ayer, el comediante fue encontrado culpable de los tres cargos de abuso sexual que se le imputaban sobre Constand. A la espera de su sentencia, Cosby (80) podría recibir un máximo de 30 años en prisión. La defensa del actor espera realizar una apelación, argumentando una vulneración de derechos durante el juicio, pero la posibilidad de que Cosby pase el resto de su vida tras las rejas es real.
A diferencia del primer juicio, en este nuevo proceso se permitió a cinco otras denunciantes del cómico testificar, como evidencia de que el caso de Costand no era aislado, sino un patrón de comportamiento. Si bien la defensa de Cosby intentó perfilar a las víctimas como "sedientas de fama", el jurado esta vez fue unánime en la culpabilidad del actor. "Estamos felices de decir que a las mujeres hoy se les creyó, y no sólo entre el movimiento Me Too, sino también en una corte, donde declararon bajo juramento", aseguró la abogada querellante Gloria Allred.
El veredicto contra Cosby es un ejemplo casi inédito en Hollywood, donde los casos de abuso sexual generalmente son castigados de forma profesional y social, pero sin consecuencias legales. Pero así como Weinstein fue sólo el comienzo de algo más grande, la sentencia a Cosby podría marcar un antes y un después en la era Me Too.