Camila Hirane y sus dos años en Verdades Ocultas, la teleserie récord de Mega: "La van a dar mientras la vean"
La protagonista de la telenovela más larga en la historia de la TV local, y que el miércoles cumple dos años al aire por Mega, habla de ese extenso proceso. Además, la producción promedia 20,2 puntos de rating y es la más vista de su horario. "No niego que estoy cansada, que a veces me siento sobrepasada, pero sigo, yo voy", dice en torno a una trama aún sin fecha de cierre.
Fue en julio de 2017, cuando Verdades ocultas llegó a Mega para suceder a Amanda, la teleserie que se convirtió en la más vista del segmento diurno, con 19,8 puntos de rating. El desafío no era menor, y bien lo recuerda Camila Hirane: "Tenía miedo, mucho miedo. Sabía que venir después de esta teleserie tan fenómeno, era peligroso. Estaba muy alta la vara, pero nos fue bien, porque desde el primer momento agarramos el rating de Amanda y nunca lo perdimos".
Dos años después, el melodrama que protagoniza Hirane es el que cuenta con el primer lugar del podio, al conseguir 20,2 puntos de sintonía promedio. Y no solo eso, porque también se convirtió en la más larga de las telenovelas nacionales, y aún no se asoma su fecha de término.
La actriz que partió en 2011 como parte de Prófugos, la serie de HBO, hoy divide su tiempo entre la televisión y el teatro, entre Verdades ocultas y Oleanna (Teatro Nacional), y conversa con La Tercera acerca de su paso por una producción que parece haber eternizado su arrastre.
A medida que pasaban los meses, ¿se imaginó que estaría tanto tiempo al aire?
La verdad es que no, a pesar de que esta teleserie estuvo pensada como una teleserie de larga duración, algo que se hace mucho afuera. Lo que pasa es que uno nunca lo había vivido, no sabía lo que era. Y si bien se me mencionó que existía esta posibilidad, y que todo dependía de cómo le fuera, nunca me lo imaginé.
¿Cómo ha logrado manejar el cansancio y sus tiempos para hacer otras cosas, como teatro?
Estoy súper cansada, esa es la verdad. Intento viajar, es un poco mi reseteo. Pero si puedo decir una clave que me ha ayudado mucho, es hacer teatro. A pesar de lo que se puede creer, porque es doble trabajo, es otro mundo, otro espacio y algo que me nutre. Me saca del mundo de la teleserie y de mi personaje, y ahí he encontrado renovación de mi energía creativa. Me ha servido mucho. He hecho tres o cuatro obras distintas en lo que ha durado la teleserie.
¿Cómo ha cambiado su vida profesional interpretando a Rocío?
Mucho. Yo venía haciendo tele como hace nueve años, y lo mío había sido muy progresivo, muy de a poco. Mi primer trabajo fue Prófugos, donde tuve mucho reconocimiento, nominaciones internacionales, viajes y trabajar con el mejor equipo de Chile. Todo eso fue un tremendo aprendizaje, pero no fue algo masivo. Prófugos fue maravilloso, pero yo caminaba por la calle y nadie me reconocía. Luego, me fueron reconociendo cada vez más con las teleseries, pero siempre piola, de a poquito. Ahora, en cambio, es mucho. Sin dudas, esto marca un antes y un después, es la teleserie que me hizo conocida.
¿Y cómo maneja la exposición?
Yo manejo bien este tema, me llevo bien con ser conocida y con que me paren en la calle. Uno puede tener uno o dos episodios incómodos, pero es parte de. En general, es puro amor y solo siento agradecimiento con eso.
¿Y cuánto tiempo más cree que pueda seguir Verdades ocultas al aire?
Nosotros vamos a resistir lo que resistamos, pero es el público el que hace que esto, que se siga dando. Si la gente no la viera, la habrían cortado ya, pero el rating solo sigue subiendo. La van dar mientras la vean, aunque hay un factor humano de no dejar que esto guatee. Queremos terminar lo más arriba posible, y quizás eso pueda ser pronto, pero la verdad es que no lo sabemos. Esta teleserie está muy bien escrita, por algo la ve todo el mundo. El público es muy inteligente, y por eso es clave no subestimar al público, porque son ellos los que eligen los productos que están buenos, que funcionan.
¿Y no le da miedo pensar que pueda durar otros dos años?
No, porque nadie me obliga a estar. Al contrario, yo me siento súper contenida y protegida por mi equipo. Ellos están pendientes de que yo sea feliz, y por eso me apoyan harto con mis proyectos teatrales. Creo que si yo les dijera que no voy más, ellos me van a apoyar. Mi máxima ambición de esta teleserie, y de Rocío sobre todo, es que termine cuando tenga que terminar, cuando la historia lo necesite, cuando el guión lo requiera. No quiero que sea porque la actriz se cansó o por temas de producción. Quiero que termine orgánicamente. Y yo, por mi parte, tengo toda la energía del mundo, soy joven, no tengo hijos. No niego que estoy cansada, que a veces me siento sobrepasada, pero sigo, yo voy.
¿Qué opina de las burlas que ha recibido la teleserie por cosas que han pasado estos dos años?
Yo me siento profundamente orgullosa del proyecto en el que estoy. No puedo creer toda la gente que la ve. Esta teleserie es un fenómeno y para mí es un honor ser la protagonista de ese fenómeno. Verdades ocultas es un melodrama, y ese es un género muy difícil de hacer, de actuar. Darle verdad a todas esas cosas que le pasan a los personajes, es muy difícil. Uno está de muerte en muerte, de escándalo en escándalo, tirando cosas. Hay mucho mérito de los guionistas de mantener siempre la historia arriba. Es un género muy difícil de hacer, pero entretenido. Creo que esa es la clave de que sea una teleserie que a la gente le guste tanto, que no tiene límites. Nunca sabes lo que va a pasar.
¿Hay algún momento de estos dos años que la marcara más?
Me acuerdo que me afectó mucho cuando Tomás se iba a acostar con Amelia cuando yo estaba de viaje. Ellos ya se habían acostado, pero él estaba drogado, lo que es un consuelo, aunque igual lo encuentro grave. Esa traición me dolió. Me acuerdo que leí es capítulo, y tiré el guión contra la pared. Llamé a Matías (Oviedo) para contarle, y estaba como enojada con él.
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