Pareciera algo natural en el entretenimiento en el siglo XXI, pero los servicios de streaming televisivos son un fenómeno muy reciente en la pantalla. En febrero próximo, Netflix cumplirá recién cinco años lanzando programación original, ya que House of cards se estrenó en 2013. Hoy, la plataforma está convertida en uno de los gigantes del streaming, con más de 90 nominaciones al Emmy 2017, la segunda empresa más nominada tras HBO. En este par de años, Netflix se las arregló para cambiar radicalmente la forma en que se consumen los contenidos en la pantalla chica, siendo la punta de lanza con la que el mundo del streaming se tomó la TV, abriéndoles paso a otros servicios de alcance internacional, como Prime Video de Amazon y HBO GO, además de algunos que funcionan aún solo en Estados Unidos, como Hulu.
En esos cinco años, Netflix ha publicado más de un centenar de producciones originales, entre comedias, dramas, programas infantiles, documentales y películas. Ha ganado 21 premios Emmy y ha sido nominada a siete Óscar -siempre en la categoría documental-, ganando uno este año por el corto The White Helmets. En 2016 el alcance del servicio llegó a prácticamente todo el mundo, exceptuando China, Corea del Norte, Siria y la península de Crimea. Hace unas semanas, la compañía anunció que no solo superó los 100 millones de suscriptores en todo el mundo, sino que por primera vez registra más usuarios a nivel internacional que en Estados Unidos.
"Seguimos teniendo la ambición de expandirnos más. Idealmente queremos llegar a todos los países del mundo, y aún hay espacio para seguir atrayendo a más audiencia tanto en Estados Unidos como a nivel internacional. Nos ha ido muy bien hasta el momento, y tenemos la esperanza de que ese éxito se siga repitiendo", explica Cindy Holland, vicepresidenta de Contenido Original de Netflix y uno de los nombres clave en el renacer de la plataforma desde un servicio de arriendo de DVD a un gigante del streaming.
En una de las pocas entrevistas en profundidad que otorga, la ejecutiva -responsable de poner en nuestras vidas desde Frank Underwood como al agente Peña- habla con La Tercera sobre el pasado, presente y futuro de Netflix.
¿Cómo es el proceso hoy en día de aprobar una serie en Netflix?
Siempre parte por encontrar una buena idea y alguien dispuesto a transformarla en realidad. Si es una idea que nos interesa desarrollar más, la sometemos a un análisis para definir si es que existe una audiencia entre nuestros suscriptores para nuestra serie. Si es que llegamos a la conclusión que sí, esa es razón más que suficiente para creer en una historia. Obviamente, estoy simplificando un poco el proceso, pero esa es la idea de fondo.
¿Están abiertos a cualquier idea o buscan algunas historias en específico?
Queremos tener series que nos entreguen la programación más diversa posible, entonces pueden venir de cualquier lado. A diferencia de las cadenas de televisión lineales, nuestros suscriptores no tienen un rango etario específico o una demografía fija, entonces podemos darnos el lujo de desarrollar historias que apunten a cualquier tipo de personas alrededor de todo el mundo. Creemos que hemos conseguido que Netflix sea un lugar emocionante para trabajar para los productores, porque las series pueden llegar a lugares muy distintos. El poder de Netflix es encontrar una audiencia para sus series sin limitaciones. Hemos descubierto que un 45% de nuestros miembros fuera de Latinoamérica ven alguna de las series latinas que hemos producido. La oportunidad que ese escenario presenta para realizadores desde Brasil a México, que ya han realizado muchos proyectos, pero que no son conocidos en todo el mundo, es algo realmente emocionante.
El mundo del entretenimiento no siempre les da las mismas oportunidades a mujeres que a hombres. ¿Cómo ha sido su experiencia como una mujer en un cargo creativo importante en una compañía así?
Me he sentido siempre apoyada en un 100%. Es un privilegio estar en una compañía que es progresista y, además, en la vanguardia de la innovación, no solo a nivel tecnológico, sino que, además, a nivel de programación, y ha dejado una huella tan importante en la cultura. He encontrado mucho apoyo también en mi propio género; cerca de la mitad de nuestro equipo son mujeres y creo que eso es muy importante. No solo tenemos una diversidad de género, sino también racial. Hemos creado un círculo que no solo se apoya mutuamente, sino que también refleja lo que es nuestra audiencia, que está en todas partes del mundo.
¿Siente que hay diferencias considerables entre las series originales de Netflix y las que se pueden encontrar en el cable o en la televisión lineal?
Ciertamente, no tenemos algunas de sus limitaciones. Nuestro modelo no se basa en la publicidad, y la única gente de los que los productores se tienen que hacer cargo son de los suscriptores de Netflix. Eso nos entrega cierto nivel de libertad, porque sabemos que nuestros miembros tienen muchos gustos distintos y miran desde superproducciones hasta películas extranjeras y documentales. En la información que manejamos, podemos concluir que a nuestros suscriptores les gusta experimentar, y eso permite que nuestros productores puedan aventurarse mucho en las historias que quieran contar.
¿Ustedes plantean como requisito para sus realizadores que sus series inviten a los maratones de capítulos?
Lo que buscamos es estrenar temporadas completas para que nuestros suscriptores puedan decidir cuándo y cómo verlas. Cuando trabajamos con nuestros productores, ellos son los que están a cargo de sus historias, y ya tienen en mente que probablemente la gente quiera ver más de un episodio por vez. Pero eso les entrega más libertad para sus historias, ya que no tienen la necesidad de terminar cada capítulo con un gancho para el próximo, y saben que se pueden tomar su tiempo para desarrollar las distintas tramas y personajes a través de varios episodios.
Con todas las series originales que han realizado, ¿siente que hay alguna arista o género que aún no hayan explorado?
Creo que siempre estamos apuntando hacia eso. Revisamos constantemente nuestro catálogo para analizar qué es lo que tenemos y lo que no, además de estar atentos a las tendencias internacionales en televisión. Buscamos ideas interesantes en las que podamos profundizar. Así fue como hace algunos años vimos la oportunidad de hacer series en distintos idiomas.
¿Alguna vez le ha sorprendido la reacción que ha generado una serie de Netflix en la audiencia?
O sea, siempre una espera que la gente reaccione de forma pasional a nuestros programas. Igual, siempre tengo presente 2013: cuando nosotros sabíamos que nos gustaba mucho Orange is the new black, pero nos sorprendimos mucho con el impacto que causó en la audiencia en todo el mundo. Ese es, sin duda, un caso que tengo marcado.
Hasta hace un tiempo parecía que Netflix solo aprobaba nuevos proyectos. Ahora también está cancelando algunos. ¿Se llegó a un punto en que hay que hacer espacio antes de realizar nuevas series?
Depende de cada caso. Cuando hay que pensar en si seguir una serie para otra temporada influyen muchos factores. Primero, analizar si es que la visión creativa de los productores está encontrando una audiencia y ver si es que el público se relaciona con el costo de realizar una historia. Pero no estamos obligados a cancelar proyectos para realizar más. Nuestro presupuesto solo ha ido creciendo y creo que todavía estamos en etapa de seguir ampliándonos.
Considerando que hoy, además, no son el único servicio de streaming, ¿es Netflix más exigente con los resultados de sus series?
Claramente, la competencia se ha ido multiplicando; son cada vez más las compañías que exploran las posibilidades de la televisión por internet. Entonces estamos siempre alertas a nuestro entorno. Revisamos nuestros contenidos y buscamos seguir subiendo el estándar de calidad de nuestro catálogo. Tenemos conciencia de que nuestra audiencia paga tres dólares al mes por este servicio, y queremos que sientan que vale la pena. b