Yerko Puchento ha tenido múltiples vidas en diversos programas de los últimos 20 años, ha cubierto desde mundiales de fútbol hasta festivales de Viña, e incluso en 2018 “murió” frente a todos los televidentes con un funeral emitido a través del programa Vértigo, para después “resucitar” en un show que recorrió salas, casinos y teatros de casi todo el país.

Pero no hubo nada como lo que debió enfrentar este año. El personaje célebre por una lengua afilada que parecía tener su gasolina en esa interacción con el público que le decía “¡y va a quedar la c…!”, “¡y va a quedar la c…!”, el comentarista de farándula que miraba a la cara a sus invitados para descargar algún chistecito poco amigable, esta vez ha debido adaptarse a la soledad.

Desde principios de agosto, “Yértigo, el desahogo de Chile” se llama el espectáculo que el actor Daniel Alcaíno ha montado de forma virtual, sin público y frente a una pantalla, para que el personaje siga con vida en días de confinamiento. Un show en que despliega su habitual resumen de la actualidad, pero donde esta vez se ha calzado el traje de entrevistador con invitados durante cada emisión, como Manuel José Ossandón, Carlos Caszely, Francisco Vidal, Luis Jara y Camila Valejo, entre otros.

“Yo el año pasado estaba sin televisión también, así que con Yerko ya llevábamos sin pantalla alrededor de un año y medio, casi dos”, cifra Alcaíno.

Luego detalla en torno a los shows que se emiten cada jueves por su web: “La gente nos ha acompañado bastante bien en Yértigo. En mayor medida cuando el encierro era total, obvio, pero después que la gente ya ha estado en la calle, saliendo y carreteando, ha costado un poquito más. Pero no me quejo, nos ha ido bien. Ahora estamos en mil (en cada emisión), pero eso es súper bueno para el medio y para el streaming, si tomas en cuenta que obras de teatro, las más exitosas, tienen 200 o 300 conectados por obra”.

Como cierre del año más inesperado de todos, el intérprete prepara dos presentaciones estelares: para este jueves 17 un especial de Navidad; y para el miércoles 30 otro de Año Nuevo, donde además entregará los tradicionales Yerko Puchento Awards a lo mejor y lo peor de la temporada (entradas en www.yerkopuchento.cl).

“Vamos a hablar de Colo Colo, obvio que vamos a hablar del segundo retiro del 10%, vamos a hablar del confinamiento. Vienen las fiestas, así que ahí vamos a preguntar: ¿quién va a respetar el toque de queda? Lo que hablamos todos”, adelanta.

-¿Cómo fue la experiencia de armar un show tan distinto a cuando hacía Yerko Puchento en Vértigo? ¿Le costó?

Mira, quizás por mi formación de actor, que uno siempre ensaya meses y meses frente a una cuarta pared, frente a un muro, uno se va imaginando un poco de qué va. También son 20 años ya que hago el personaje. Pero es obvio que sí, sería un mentiroso si te dijera que no he echado de menos al público. Se echa de menos el feedback, el mirar a la gente, el mirar a la primera fila, el saber si vas bien o vas mal con ese tema, los ímpetus que hacen diferente y enriquecen el espectáculo, pero ha estado mi mamá y mi hermano presentes, y son mis palos blancos ahí para la risa.

-Sin tener invitados, como era el caso de Vértigo, y ahora siendo usted quien debe sostener solo un programa, ¿ha cambiado la manera en que trabaja los textos con su libretista, Jorge López?

Mitad y mitad, yo llevo lo mío y él lleva lo de él. Y bueno, como hay un solo invitado y tenemos que ser un poquito más amables, sino no tendríamos invitados, en la primera parte hablamos de la actualidad. Por ejemplo, ahora se acerca la Navidad, estamos preparando cartas al Viejito pascuero y nos empezamos a reír de las primeras tonteras que se nos ocurren, no sé, cómo qué carta le escribiría un famoso al Viejito pascuero: ¿el Zafrada cómo escribiría? O las cartas de los personajes, de los famosos; que en La Moneda van a hacer amigo secreto o que en el Frente Amplio se van a ahorrar los regalos porque se han ido todos. Empezamos a mirar la actualidad y a partir de eso vamos jugando. Por ejemplo, Beausejour va a recibir regalos para la Pascua de los Negros. Piñera, regalo útil, y empezamos a anotar cualquier cosa: ya, una mascarilla. Víctor Perez, que pidió una máscara de terror y le llegó el puro elástico. Se me ocurre ahora el pesebre de La Moneda: Rozas de Malechor, Longueira de Vaasaltar, Jaime Orpis de Gastar.

“La gente nos aporta mucho también en nuestra página en Instagram. A veces le preguntamos a la gente qué le escribiría al Viejito, qué le pediría a cada famoso. Nos van ayudando. O sea, por ejemplo a Viñuela le regalarían unas tijeras. Bueno, este año 2020 ha sido tan malo, pero más malo ha sido el Colo. Así vamos ordenando la rutina”.

-Cuando usted estaba en Vértigo, muchos invitados desistían de ir precisamente por temor a la dinámica que se podía generar. ¿Fue difícil que algunas figuras accedieran para estar en Yértigo?

No, el Pancho Vidal accedió altiro. Inmediatamente. Cuando supo que en el primer programa teníamos 7 mil conectados, él quiso estar altiro. Hemos llamado a Lavín, a Jadue, los hemos querido tener a todos. A la Pamela Jiles, sería un muy buen nombre tenerla ahora para Navidad, estamos haciendo nuestras averiguaciones, pero a veces cuesta, sobre todo al principio que la gente no quería ir por el tema del Covid, presencial, porque la entrevista era presencial, pero después se ha ido haciendo más.

“Yo me pongo nervioso, porque también somos los anfitriones ahora nosotros. Estaba la Camila Vallejo, nos pidió media hora antes no empezar altiro porque tenía que sesionar para la cámara y tenía que votar, así que la vimos votar, y terminó de hacer la votación y pudimos hacer el programa”.

Yerko Puchento en Vértigo. Foto: Canal 13

¿Yerko tiene Festival?

Aunque a la hora de remarcar diferencias con su vida en Canal 13 Alcaíno extraña la interacción con el público y un set televisivo atiborrado, también rescata una ventaja: “Ahora que estamos sin línea editorial somos dos locos con navaja, dos monos con navaja, López y yo. La gente que nos ve los jueves puede dar fe de que hablamos todo lo que se nos ocurre”.

-En Canal 13 ustedes también tenían bastante libertad editorial. Pero, ¿cómo ha manejado ahora un escenario donde la libertad es total?

Tenemos que pensar en el público. Nos ve público de todas las edades, transversal, de todos los medios económicos, sociales, de estatus, en fin, de todo Chile. Lo puede ver un campesino, un intelectual, un ingeniero, un profesor, un obrero. Entonces, a veces dan ganas de quemarlo todo y de incendiar la pradera, pero también tenemos que dosificar en términos de lo que va ocurriendo, lo que va pasando, pero siempre ácido, siempre con nombre y apellido y siempre en estilo de Yerko. Yo creo que ahí lo sometemos al criterio mío un poquito, después lo pasamos por el filtro de López, después se devuelve un poco y nos vamos un poco con ese vértigo también, igual nos gusta un poco eso.

“Cuando quedaba la escoba con un personaje nunca han sido cosas con las que nosotros hemos pensado que iba a quedar la escoba: el tema de Calama, el tema de la Ministra (Cecilia Pérez). Cualquier tema que hemos dicho, nunca lo hemos pensado a priori de que eso va a dejar una cagada o nos van a demandar. A veces duelen cosas que no sabemos dónde: tiramos una piedra y no sabemos dónde cayó”.

-¿Se imagina un 2021 haciendo Yerko de la misma manera o ya en algún momento lo puede empezar a cansar?

Si me pones en ese caso, ahora que vamos a hacer las dos galas de Pascua y Año Nuevo, vamos a tener que prepararnos para febrero para hacer el Festival de Yerko Puchento. Como no va a haber Festival, la gente va a estar viuda del Festival de Viña y son una buena vitrina esos últimos siete días de febrero para hacer un programa y un Festival de Viña.

-Y usted nunca estuvo en el Festival de Viña, aunque sí en casi todos los programas satélites.

Fueron más de 22 años al Festival de Viña, a los Venga Conmigo, en la mañana, a la Movida del Festival, a Tonka Tanka, a todos los programas que giraban en torno al Festival, pero nunca de invitado. Yo creo que nos temían un poco, nos temían porque pensaban que podíamos decir cualquier cosa, que no nos íbamos a ceñir a una línea editorial, y eso me da gran satisfacción y orgullo de que sepan que Yerko Puchento no se somete mucho a líneas editoriales de nada.

-Pero en algún momento estuvo muy cerca de estar en el certamen.

Varias veces. En los últimos cuatro años nos han llamado. Cuando lo tuvo Chilevisión, dos veces estuvimos en conversaciones. El año pasado también, con TVN y Canal 13, nos fueron a ver al show, pero finalmente no nos llamaron más. Una vez nos fue a ver Pablo Morales al Enjoy de Coquimbo, fuimos a comer después, le fascinó. Había un señor Edwards, del siete (José Antonio Edwards), que también le fascinó el espectáculo, estábamos pintados para Viña y ya de ahí no me llamaron nunca.

-¿Por qué cree que no lo llamaron?

Yo creo que es porque es de TVN y siempre tienen miedo de que nombremos a un ministro o, en especial, a una ministra.

-Pero usted siempre nombró a muchos políticos o gente de gobierno y por lo que se ve nunca hubo ninguna clase de veto.

Sí, pero en el 13 ya nos conocían y podíamos estirar ese chicle y jugar con eso. En el canal estuvimos como 19 años con ese personaje, 19 años en pantalla y yo creo que ya nos conocían nuestra locura y nuestros límites, pero en canal 7 no.

“Pero yo me siento cómodo, feliz y afortunado de estar fuera de los canales de televisión hoy, porque podemos hacer este programa, tenemos mucho público, nos va muy bien y nada, apenas se abran las puertas, queremos girar con el personaje en enero o febrero, en una carpa, en un anfiteatro, al aire libre o dónde sea”.

Retorno a la TV

Pese a que su escenario hoy es virtual, Alcaíno dice que en los próximos días tendrá un fugaz retorno presencial a la TV abierta: el 21 de diciembre estará en el espacio “Mentiras verdaderas” (La Red). “Vamos sólo ese día. Yo creo que no saben con qué va a salir este mono, así que vamos a ver. Pero le agradecemos la plataforma. Ahí va a ser nuestra prueba de fuego para ver cómo nos recibe la televisión nuevamente. Si nos aguantan o no”.

-Y a Canal 13, ¿le gustaría volver en algún momento?

No. Mientras esté esta administración, no.

-¿Por qué?

No, no hay ideas. Están como Colo Colo. No tienen idea de lo que hay que hacer.

-En abril, usted demandó a Canal 13 por “despido injustificado” y por “no pago de sus cotizaciones de AFP y salud” en una relación laboral que fue de 1999 a enero de 2020, exigiendo un pago de $56 millones. Esto nace después que la estación decide no renovarle el contrato. ¿Cómo se gestó esa acción judicial?

Pucha, me da lata hablar de eso. Se estaba terminando mi contrato y hablé con un abogado laboralista y me pidió mi historial. Yo le conté cómo habían sido mis contratos en Canal 13 y me dijo que tenía posibilidades, porque aquí se veían ciertos puntos, aquí ciertos puntos irregulares, no me pagaban las cotizaciones y bla bla bla. Yo accedí porque encontré que era un buen abogado, y no se pierde nada y las cosas justas son justas y eso lo va a determinar un juez. Como ustedes bien saben, ya se designó un perito que está ahora viendo todo mi historial en Canal 13, cómo se hicieron mis contratos y él es quien va a dar ese informe al juez. Yo acataré esa determinación, sea favorable o negativa. No le he metido tripa, no le he metido corazón, no le he metido ningún tipo de virulencia a esto. Simplemente que siga los canales y los cursos regulares.

-¿Tiene alguna opinión de la respuesta judicial que dio Canal 13 a su demanda, que dijo que lo que usted pedía era una cifra desorbitada y que si tales condiciones no lo acomodaban, lo podría haber manifestado antes?

No, para nada. Lo que más recuerdo es una frase que se la aplicaría al mismo dueño, pero es para la risa, que yo pretendía enriquecerme sin hacer nada y ellos le llaman enriquecerse a ganar 56 millones de pesos. Enriquecerse. Es raro el concepto de enriquecimiento que tiene el dueño del canal. O sea, si yo fuera rico con $56 millones, imagínate el dueño.

-¿Le duele haber terminado así la relación con Canal 13?

Claro, uno siempre espera seguir siendo amigo de la ex pareja, porque hubo amor. Yo amo Canal 13, amo a su gente. Estuve por más de 20 años en Canal 13 y amo a todos los trabajadores, a los utileros, a las vestuaristas, a toda la gente que trabajó conmigo y para mí. Así que, imagínate, los mejores recuerdos de mi vida los tengo del Canal 13, pero creo que los últimos años se tomaron muy malas decisiones y la gente que se contrató para tomar esas decisiones fue gente que no estuvo a la altura creativa, ni de caballerosidad para con los trabajadores.

-¿Cómo fue el último encuentro en enero con el actual director ejecutivo de Canal 13, Maximiliano Luksic, cuando le comunica que no seguirá en el canal?

No, ya no quiero seguir hablando de eso.

Finalmente, Alcaíno cuenta que en el último tiempo ha explorado una incipiente faceta ligada a la escritura: “Por primera vez se publicó mi libro. Publiqué un cuento acerca de Tal Tal que se llama ‘El Pincoya: en Tal Tal eterno’ y me lo editó editorial Piélago. Se va a estar vendiendo a partir de hoy en la Feria Chilena del Libro y lo pueden adquirir también en la editorial Piélago, editorialpielago.cl, para que se lo envíen online a la gente”.

¿Y de qué trata el texto? “Es el cuento de un niño, porque a mi me decían El Pincoya cuando iba a Tal Tal, y es un niño de cinco años que recorre las calles de Tal Tal, de ese pueblo de la Segunda región. Es una saga que partió sin querer ser libro y me lo leyó en Facebook un amigo, ese amigo le hizo los dibujos, les hizo gráficas, después lo leyó una amiga que tiene una editorial, que es taltalina, se emocionó mucho con el libro y la gente de Tal Tal lo copió, lo reenvió, lo compartió mucho en las redes sociales, en Tal Tal, y hoy día va a formar parte de la biblioteca de Tal Tal, del plan lector de estudiantes de niños de básica. Lo escribí en una noche de inspiración, de pensar en Tal Tal porque el día 12 de julio es el aniversario del pueblo y ese 12 de julio estábamos en plena pandemia, me senté al computador y escribí un recuerdo: ‘me parece estar ahí nuevamente en la casa de mi tía...’. Me alargué, me alargué y salió un texto que se le puso gráficas, y alguien dueño de una editorial le encantó, le gustó y ha sido todo mágico”.