"Tenía una necesidad tan grande de actuar, lo amaba. Era como una energía que no podía contener. Es algo difícil de describir, hay que verlo por sí mismo y sentirlo", dice Marina Zenovich, la realizadora de documentales sobre Roman Polanski y Richard Pryor, que presenta su aplaudido último filme: Robin Williams: Come inside my mind (Entra en mi mente). Una cinta -hoy por HBO, a las 22 horas- que indaga en el complejo mundo interior del actor y comediante fallecido en 2014, explorando desde su solitaria infancia a su carrera.
Para ello, fuera de imágenes de sus películas más conocidas, acudió a archivos de sus presentaciones de stand up desde los años 70 y videos e imágenes de su vida familiar, además de entrevistas que sirven para que Williams funcione como narrador. "Tratamos de entender su proceso creativo y comprender quién era como ser humano, actor y comediante", comenta Zenovich, quien entrevistó a nombres como Billy Crystal, David Letterman, Steve Martin y su compañera en la serie Mork & Mindy, Pam Dawber; en tanto, el círculo familiar incluye a su primera esposa, Valerie Velardi, el hijo de ese matrimonio, Zak, y su hermanastro, que acercan al Robin Williams más íntimo.
"Inicialmente nos enfocamos mucho en una parte en la vida de Robin en que muchas personas estaban muriendo: sus padres, Christopher Reeve, que era un gran amigo suyo, la esposa de Christopher, y nos dimos cuenta que era un poco oscuro, entonces tienes que tener el tiempo para probar cosas", dice sobre la realización. "El acercamiento es mostrarlo siendo divertido pero también mostrar lo que está pasando en su interior, y tratas de equilibrar ambas partes".
Si bien no se ahonda en exceso en el periodo previo a su suicidio, hay referencias a sus problemas con las drogas, la depresión y la muerte de John Belushi, con quien compartió la noche en que este falleció por sobredosis. Pero al mismo tiempo, está su impresionante despliegue en escena. "Fue interesante darse cuenta de cuánto necesitaba al público, y de lo tímido y tranquilo que era. Era como un botón de encendido que se presionaba cuando estaba en el escenario, que era donde se sentía más cómodo", concluye.