La actriz Emilia Clarke, famosa mundialmente por ser una de las protagonistas de la serie Game of Thrones, decidió hacer público uno de los episodios más difíciles de su vida.
A través de un artículo escrito en primera persona para el medio The New Yorker, la artista de 32 años reveló que tras la primera temporada de la serie sufrió dos aneurismas.
"Nunca he contado esta historia públicamente, pero ahora es el momento", comienza su escrito: "Justo cuando todos los sueños de mi infancia parecían haberse hecho realidad, casi perdí mi mente y luego mi vida".
A inicios de 2011, Clarke había grabado el primer ciclo del proyecto, donde interpreta a Daenerys Targaryen. Fue ahí cuando comenzó todo. "Estaba aterrada. Aterrorizada por la atención, por un negocio que apenas entendía, por tratar de hacer valer la fe que los creadores de Tronos habían puesto en mí. Me sentí, en todos los sentidos expuesta. En el primer episodio, aparecí desnuda y, a partir de ahí siempre me hice la misma pregunta: 'Haces de una mujer fuerte y, sin embargo, te quitas la ropa. ¿Por qué? ¿Cuántos hombres debo matar para demostrar que valgo?", reflexiona la estrella.
Todo eso habría ejercido una enorme presión sobre ella. "Sentí como si una banda elástica me apretara el cerebro. Intenté ignorar el dolor, pero no pude. Le dije a mi entrenador que tenía que tomar un descanso. Casi arrastrándome llegué al vestuario. Llegué al baño y me arrodillé, con náuseas. Mientras el dolor punzante en mi cabeza empeoraba. Sabía lo que estaba sucediendo: mi cerebro estaba dañado", declaró sobre el momento en que se desató su problema de salud.
Fue entonces que una mujer la encontró en ese estado, y llamó una ambulancia. "Ella vino a ayudarme y entonces todo se volvió ruidoso y borroso. Recuerdo el sonido de una sirena, una ambulancia; escuché nuevas voces, alguien diciendo que mi pulso era débil. Yo estaba vomitando bilis. Alguien encontró mi teléfono y llamó a mis padres", detalló.
La actriz continúa: "El diagnóstico fue rápido y siniestro: una hemorragia subaracnoidea (SAH, por las siglas en inglés), un tipo de accidente cerebrovascular potencialmente mortal, causado por una hemorragia en el espacio que rodea el cerebro. Tuve un aneurisma, una ruptura arterial", revela en el artículo.
"Como supe más tarde, aproximadamente un tercio de los pacientes con SAH mueren inmediatamente o poco después. Para los pacientes que sobreviven, se requiere tratamiento urgente para sellar el aneurisma, ya que existe un riesgo muy alto de una segunda hemorragia, a menudo mortal. Si quería vivir y evitar secuelas terribles, tendría que someterme a una cirugía urgente", agregó.
En medio de esto, la artista británica era sometida a constantes exámenes y controles. En uno de ellos, descubrió que no podía decir su nombre. "No podía recordarlo", dijo, lo que la aterrorizó aún más, sintiendo que su futuro en la actuación se volvía incierto.
Tras la operación y varias semanas de recuperación, la actriz volvió a sus labores en Game of Thrones. Sin embargo, permanecía un temor, ya que se le había detectado un segundo aneurisma al otro lado de su cerebro. Partió siendo más pequeño que el anterior, pero para 2013 había crecido el doble. Afortunadamente tras una nueva operación, la artista superó la enfermedad, aunque con gran dificultad. "La recuperación fue aún más dolorosa de lo que había sido después de la primera cirugía. Parecía que había pasado por una guerra más espantosa que cualquiera que haya experimentado Daenerys", reconoció.
Apoyada en este escrito, la actriz anunció su nueva organización benéfica llamada SameYou, que apoyará a quienes deben recuperase de problemas neurológicos tras sufrir lesiones cerebrales o accidentes cerebrovasculares.
Clarke volverá a la pantalla de HBO con la octava y última temporada de Game of Thrones, que prepara su estreno para el próximo 14 de abril.