A las 16.30 horas de ayer, los músicos de Carlos Vives comenzaron con su ensayo general, y 45 minutos después se sumó el colombiano, que ayer debía abrir la penúltima noche del Festival.
El intérprete de La gota fría llegó hasta el recinto con polera, short y jockey negros y un polerón burdeo, y de inmediato llenó el espacio con su energía y simpatía, lo que se vio reflejado en su trato con algunos de los presentes.
Junto a Vives llegaron también su esposa, Claudia Elena Vásquez, y su colega y coterráneo Sebastián Yatra, con quien ensayó, sin sacarse sus lentes de sol, el éxito que ambos tienen: Robarte un beso.
Fue la primera canción que ensayó, y cuando ésta terminó, su esposa, junto a otros amigos del cantante, comenzaron a pedir "¡Gaviota, Gaviota!", lo que provocó la risa del intérprete. Luego, Yatra -conocido por canciones como Traicionera- y Vives se abrazaron y conversaron un momento sobre el escenario, mientras la música seguía sonando.
Minutos más tarde, el ensayo continuó su curso con el hombre de las bachatas cantándole y bailándole a su señora casi todos sus temas. Y ella, en tanto, hacía lo propio desde abajo del escenario, sin parar de sonreír, como buena ex reina de belleza que es (ex Miss Colombia y ex representante para Miss Universo).
Siguiendo en la dinámica de los invitados, se sumaron a la jornada ChocQuibTown, también oriundos de Colombia y con quienes interpreta El mar de sus ojos. Dos veces repitieron la canción, y luego de eso, Yatra volvió a incorporarse para hacer todos juntos una nueva versión de La tierra del olvido.
Varios de los presentes sabían que Vives tenía un tercer invitado: Wisin. Sin embargo, el reggaetonero no se apareció por la Quinta Vergara, ya que estaba descansando en el hotel. Antes de dejar el recinto, a las 18.20 horas, Vives se paseó en una bicicleta, la misma en la que pretende partir su conocida canción con Shakira.