Ganadores Rojo

Energía de sobra es la que tiene Hernán Arcil, el ganador de la categoría de baile del nuevo Rojo, el espacio buscatalentos de TVN que volvió en mayo. Sueña con volver a su natal Temuco, pero sabe que las oportunidades asoman desde Santiago, donde vive hace diez años.

¿Cuándo fue tu primer acercamiento con la danza en la niñez?

Cuando tenía seis años. Mi familia es de pasarlo bien, de bailar. Las fiestas son parte de la cultura familiar. Bailamos cumbia y salsa en todas las celebraciones que tenemos. Pero mi abuela era bailadora y ella me enseñó la cueca. Después me metí a un ballet folclórico en Temuco, y luego llegué a Santiago a estudiar en el Teatro Municipal.

¿Tus papás siempre te han apoyado?

Siempre. Solo por el tema de las lucas me preguntaron si en verdad me quería dedicar a esto, porque cuando chico practicaba judo, y la plata no les alcanzaba para pagarme ambas cosas. Ahí opté por la danza.

¿Cómo ha sido vivir en Santiago?

Yo soy nacido y criado en Temuco, y a los 15 me vine a vivir a Santiago. Estaba muerto de susto. Lloraba mucho, pero no les contaba a mis papás, porque si sabían me venían a buscar de un oreja para llevarme de vuelta a Temuco. Le puse el pecho a las balas, y así que tenía que ser, porque aprendí mucho.

¿Te gustaría volver a tu ciudad natal?

Me encantaría vivir en Temuco, me encantaría hacer la vida allá, pero sé que las oportunidades están acá en Santiago. Me gustaría volver y poner una academia de baile. Me encantaría ser parte de la evolución de la danza en Temuco, ayudar a los que quieran aprender.

¿Qué es lo mejor de haber ganado Rojo?

Aún no creo que gané. Es raro decirlo, pero sí, gané. Yo entré al programa con la idea de participar, no quería ganar. Lo que más me interesaba era mostrar lo que hago, lo que me apasiona. El enfoque lo tenía en no perder el norte, porque yo lo que amo es bailar, no la televisión. No entré a competir, entré a bailar.

¿Y de tu paso por Rojo, qué es lo que más valoras?

Ya pronto me entregarán el auto y más adelante el departamento (ríe). Lo mejor fue conocer a mis compañeros. El proceso y la experiencia han sido maravillosos.

Juan Ángel Mallorca tiene 21 años, es de personalidad introvertida y de pocas palabras, pero no oculta la tremenda alegría que le provoca estar promocionando por varios lugares de Chile su primer single, "Un amor que termina así". Fue el ganador en la categoría canto del espacio de TVN.

¿Cuáles son tus cantantes favoritos?

Luis Miguel, Américo, Marc Anthony, Alejandro Fernández. Escucho de todo, y por eso he ido ampliando mi repertorio. Escucho también a Sebastián Yatra, La Noche, Emmanuel, José José. Me gusta tanto la música, que son muchos mis cantantes favoritos.

¿Recuerdas qué música te gustaba cuando eras chico?

Escuchaba muchas rancheras, y eso fue porque mi papá es un fanático de la música ranchera. Esa es la mayor herencia de él, aunque también me gusta la cumbia, las baladas.

¿Cómo fue dejar Nueva Imperial para llegar a vivir a Santiago?

Significó cambiar todo mi estilo de vida. Me cambié de casa y también cambió mi ritmo diario. Tengo que ir a TVN todos los días, y estar ahí todo el día. Santiago es muy diferente a Temuco, en muchos sentidos. Acá la gente anda muy rápido, hay mucha gente en todas partes, movilizarse es distinto, el clima, todo. Fue muy brusco, pero ya estoy más acostumbrado.

¿Qué fue lo que más te costó del cambio?

Extrañaba mucho a mi familia. Nunca me había ido tanto tiempo de la casa, y pensaba mucho en verlos y en estar con ellos.

¿Y a tus amigos, los extrañas?

Tengo a mis amigos allá, pero yo siempre he sido muy reservado y por eso no soy bueno para salir a fiestas. Siempre prefiero dedicarme a la música, solo y en mi casa.

¿Qué es lo mejor que te ha pasado en Rojo?

Todo esto ha sido un gran orgullo para mi familia y para mí. Yo solo llegué al programa para cantar, y no me esperaba tanto cariño de la gente. Muchos se hacen fans de uno, y yo no estoy acostumbrado a eso. Pero agradezco el cariño, porque es algo bonito.

¿Pensaste que ganarías?

Uno va paso a paso, pero mi foco no estaba en ganar. Semana a semana me iba poniendo nuevas metas, y a veces pensaba que sería lindo ganar. Mi pensamiento era que cualquiera podía ganar.