Abrir el álbum de música urbana más esperado del año con la voz de la mexicana Carla Morrison es sin duda una señal. En su quinta producción de estudio, J Balvin, el último Rey Midas del pop latino, vuelve a demostrar que sus pretensiones van mucho más allá de las fronteras del reggaetón y para aclararlo convoca a Morrison, emblema de la cantautoría "indie" en español, para que lo acompañe en el track introductorio que da nombre al disco.
En una época dominada por las canciones sueltas y las listas de éxitos en streaming, Vibras, el LP que Balvin lanza hoy al mercado, se asemeja más a los discos de antes, con 14 canciones que transmiten ambición, originalidad y una idea que parece cruzarlo todo: la de lo latino como una invasión de contagio planetario.
Esto se refleja de forma nítida en Mi gente, el mayor himno del solista en el último año. El dueto junto al francés Willy William, estrenado a fines de junio de 2017, reaparece en el disco, asegurándole de paso a Vibras la posibilidad de debutar como Disco de Oro o Platino, según los últimos cambios en los índices de la Asociación de Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA), en los que diez unidades vendidas de un sencillo equivalen a la de un disco. Bajo esa fórmula, y tomando en cuenta que Mi gente ya despachó 2 millones de unidades sólo en la tierra del Tío Sam, el álbum ya se anota 200 mil copias vendidas antes de salir al mercado.
Pero más allá de los números, que en el caso de Balvin han subido exponencialmente en los últimos años, Vibras supone un salto cualitativo tanto para su carrera como para el género urbano. Si ya en su antecesor, Energía -elegido entre los mejores lanzamientos latinos de 2016 en el ránking de la revista Rolling Stone-, el músico había dado indicios de su búsqueda por nuevas posibilidades para el reggaetón, en este trabajo ese objetivo paree delinear el futuro del pop latino.
En mí, por ejemplo, aborda los tópicos que dicta el canon del estilo, siempre con el erotismo explícito como eje pero con recursos fuera de la norma y un nivel de producción por sobre la media. Lo mismo Peligrosa, con los históricos Wisin y Yandel, que junto al colombiano dejan ese sonido sintético que caracteriza su catálogo, y también Brillo, una de las mejores piezas del disco, que si bien la sostiene un pulso reggaetonero, difícilmente podría calificar como tal o sonar en una pista de baile.
En ésta última destaca la voz de la cantaora española Rosalía, otra sorpresa en un álbum de marcada presencia femenina, que cierra con el hit Machika, en el que participan el cantante Jeon -nacido en Aruba- y Anitta, la gran estrella actual del pop de Brasil, otro territorio al que Balvin apunta en su conquista planetaria, y cuyo próximo desembarco local está fijado para el 28 de julio en Movistar Arena.
"¿No hay inglés? No hay problema", titula el diario The New York Times su reseña de Vibras, recogiendo el fenómeno que protagoniza el colombiano en el mundo y al que se han sumado figuras anglo como Pharrell Williams y Beyoncé. "Más que ir a cantarles en inglés, quiero que en el resto del mundo canten en español", decía a este medio el artista durante su paso por Viña 2017, un objetivo que está logrando con creces.