Difícil seguir el ritmo de conversación con la comediante Jani Dueñas (42). Su voz es acelerada, las ideas explotan y el vértigo es lo común a la hora de enumerar su agenda. La noche del sábado parte con la nueva temporada del programa de CHV La divina comida, donde se encarga de la voz en off; el 7 de abril cerrará con su show de stand-up el Festival Ruidosa; y el 19 del mismo mes aterrizará en Argentina junto a 31 minutos.
Pero en lo inmediato, hay algo que ocupa sus horas: su nuevo espectáculo, Jani Dueñas, ¡Otra vez!. Eso sí, la actriz se apura en aclarar: "Es un poco una farsa, porque no es tan nuevo, es un engaño". En efecto, el show mostrará lo mejor de sus casi diez años profesionales. "Será como ver a una banda y que se espera que toquen los hits. Tocaré todas las canciones", dice sobre la apuesta que también tendrá invitados como Paloma Salas, y comediantes emergentes que se presentarán uno por día en la apuesta que estará durante los jueves de abril en el Teatro Coca Cola City (Puntoticket y boletería).
Sin embargo, ahí también estrenará material. Si su anterior unipersonal Ya no somos los mismos (2016) estuvo inspirado en "la depresión que me agarró, la tristeza del duelo, la soledad", como reflexiona a raíz de la muerte de su padre, de la pérdida de su trabajo en radio Universo y Vía X, y el fin de su relación, hoy las temáticas van por "hablar de la edad, cosas que no hice como aprender a manejar, tener guagua". Y no solo ese show la tiene en vigilia, también el estreno en junio de su especial en Netflix Grandes fracasos de ayer y de hoy, grabado en el Teatro Huemul. "Vi el resultado final y está perfecto", apunta. Un momento estelar que vive el formato en Chile, ya con especiales de Fabrizio Copano y Natalia Valdebenito en la plataforma, sumado al éxito de casi todos los integrantes de El club de la comedia en Viña, también el ex programa de Dueñas. "Me asusta el nivel de exposición que tienes allí. Sin embargo, por como está mi carrera hoy también, más rearmada como mujer, tengo más confianza en mi misma como comediante para tirarme a una piscina como esa. Sí, estoy lista para ir a Viña. Ahora, no me ha llamada nadie todavía".
Pero Viña ya sabe de Dueñas. En la última versión, unos tuits suyos donde criticaba el show de Alison Mandel fueron rápidamente replicados. "Primera regla: no volver a tuitear después de haberte tomado media botella de vino (ríe)", dice. Y sigue: "Lo de la Alison fue un juicio crítico técnico, nada personal".
¿Los tuits no se entendieron?
No entendieron lo que dije, la prensa lo agarró y lo sacó de contexto, diciendo que yo estaba agrediéndola. Yo defendí a la Jenny (Cavallo), a mí tampoco me gustó su rutina, pero la defendí la noche anterior. Como resumen de lo que pasó en Viña, siento que las tres comediantes que llevaron, y eso no es un problema de ellas, eran tres comediantes hegemónicas, tres homólogas, parece que quedaron muy traumados con el tema de la Chiqui (Aguayo) el año pasado y el lenguaje o el atrevimiento de ella, y este año lo que hicieron fue llevar a tres comediantes rubias, flacas, altas, que hablaban básicamente de lo mismo. Y lo malo de eso es que la impresión que quedó en el público es que todas las comediantes mujeres hablan de lo mismo y no es así.
¿Qué la diferencia con los espectáculos de Jenny y Alison?
Puede que los temas sean parecidos, yo también hablo de los hombres, pero desde otro lugar porque no estoy emparejada y porque he tenido mala cueva. También hablo de ser mamá, pero desde la ausencia de ese hecho; o de las relaciones, pero desde un lugar más oscuro. No son los temas, es el punto de vista.
¿Qué le pareció la colombiana Alejandra Azcárate?
Me dio un poco de nervio su parsimonia, ella es más actriz que nada, creo que lo que presentó fue un espectáculo brillante en términos de prolijidad, de ensayo, de preparación de herramientas como actriz.